𝘊𝘢𝘱𝘪𝘵𝘶𝘭𝘰 23

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Lilith abrió los ojos con dificultad, había una mujer de cabello rubio a su lado

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Lilith abrió los ojos con dificultad, había una mujer de cabello rubio a su lado.

—¿Alisha?

La mujer la miró con tristeza y Lilith no veía más que luz, una luz cegadora. La mujer rubia se alejó y perdió entre la luz.

—¿Mamá?

—¡Hora de levantarse, sobrina!

El grito de Katherine la hizo enderezarse con dificultad, miró a su alrededor, estaba en una celda oscura y con olor a humedad. Katherine abrió la celda y la tomó del cabello.

Lilith se sentía terriblemente adolorida. Le puso unas esposas y la rubia notó que estas tenían picos por dentro con la intención de lastimarla si se movía de más. La levantó sin delicadeza y Lili llevó sus manos a su vientre pensando en su bebé.

Observo a todas las personas que como ella estaban encerradas.

—¿Kol?

La rubia miró fijamente al hombre que también estaba encerrado. Kol se acercó a la reja y Lilith por instinto, también intentó acercarse a él, pero Katherine la paró.

—Luego verás a Papi.

—Katherine, no la lastimes —pidió Kol, pero la mujer solo sonrió y arrastró a Lilith lejos—. ¡Katherine!

Los gritos de Kol se vieron opacados por los gritos de alguien más. Gritos de dolor femeninos. Lilith quiso volver con su padre, la preocupación en sus gritos únicamente le confirmaba que la amaba y no supo cómo sentirse al respecto en ese momento.

Soltó un quejido cuando las esposas la lastimaron, pues Katherine la jalo de estas y la metió en otra habitación. Lilith observó a la adolescente que estaba colgada de manos y empapada de agua. La rubia sintió la furia dentro de su ser crecer rápidamente.

La arrodillaron cerca de Andrómeda.

Lilith levantó la mirada hacia ella y la menor le sonrió llena de dolor, haciendo que su corazón se rompiera.

—Las primas de nuevo juntas—dijo Kate—adorable.

—Te vas a pudrir en el infierno —gruño Lilith mientras Katherine la tomaba del cabello y la hacía mirar a Andrómeda—voy a matarte, perra maldita, te lo juro.

Lilith cerró los ojos cuando el filo del cuchillo de Kate hizo un corte en el abdomen de Andrómeda, y por primera vez le rezó a los dioses.

Les imploro que salvarán a Andrómeda, pero los gritos de dolor de la menor hicieran eco en su cabeza y decidió suplicarle a las hermanas.

—¡Paren!—imploro Lilith llorando—. ¡Paren!, ¡por favor!, ¡por favor!

Andrómeda soltó otro grito y Lilith volvió a suplicar que la dejaran en paz.

𝘚𝘦𝘳𝘦𝘯𝘥𝘪𝘱𝘪𝘵𝘺 | 𝘊𝘳𝘦𝘱𝘶𝘴𝘤𝘶𝘭𝘰Where stories live. Discover now