𝘊𝘢𝘱𝘪𝘵𝘶𝘭𝘰 8

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La mente es tu peor enemigo, tus pensamientos pueden hundirte y lo único que Lilith percibía en esa habitación eran recuerdos

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La mente es tu peor enemigo, tus pensamientos pueden hundirte y lo único que Lilith percibía en esa habitación eran recuerdos. No había salido de la cama por miedo a tocar algo y que un recuerdo apareciera en su mente.

Iban a dejarle comida y solo se abría esa puerta tres veces al día. Lilith terminó de desayunar y suspiro. Se sentía inútil, William estaba en un ataúd, Andrómeda y Klaus habían huido, pero nadie sabía dónde estaban. 

Volvió a mirar el cuadro de su madre, salió de la cama y se paró frente a el.

Tal vez sería su única oportunidad para ver todo lo que Kol ocultaba. Tal vez sería la única manera de ver lo que había pasado en esa habitación. Porque ella sabía que algo había pasado, si no su cuerpo no se sentiría de esa manera.

Cansado. Usar su videncia la desgastaba, pero evitarla la hacía sentir enferma.

Toco el cuadro dejándose llevar.

La escena cambió.

—Puedes escucharlo latir—dijo Alisha parada cerca de la puerta mientras Kol estaba sentado en la cama—es tuyo.

—No es posible—corto con voz cría—yo no puedo tener hijos, los vampiros no podemos...

—Kol por favor—suplicó—sabes lo que mi padre hará cuando se entere.

—No es mi problema, esa cosa no es mía.

Alisha lo lanzo hacia atrás con magia. El cuerpo del vampiro cayó al suelo, Kol se levantó furioso, pero paro al ver a Alisha llorar.

—¿Cómo puedes ser tan cruel?

—¿Tú me hablas de crueldad?, tu familia destruirá a ese bebé.

—¡No te atrevas!—grito la rubia—prefiero morir antes de que algo le pase a este bebé. Y tú deberías sentir lo mismo.

Kol guardo silenció. Alisha se acercó a él y tomo su mano colocándole en su vientre. 

—Te juro que es tuyo, he estado retrasando su crecimiento con mi magia, si no lo hiciera daría a luz en semanas. Solo óyelo latir, Kol, oye latir su corazón, por favor.

Kol quito su mano.

—Lárgate.

—Kol...

—No quiero que vuelvas a poner un pie en este lugar, lárgate.

Alisha dio un paso atrás sería.

—Como usted quiera, Señor Corbeanit.

Lilith cayó al suelo conmocionada y miró furiosa a Kol. Los ojos del pelinegro demostraban tanta vulnerabilidad en ese momento.

—Debes de dejar de ver recuerdos que no te pertenecen.

Lilith se levantó furiosa.

—Eran recuerdos de mi madre, a quien le rompiste el corazón.

𝘚𝘦𝘳𝘦𝘯𝘥𝘪𝘱𝘪𝘵𝘺 | 𝘊𝘳𝘦𝘱𝘶𝘴𝘤𝘶𝘭𝘰Where stories live. Discover now