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Cuando Lilith abrió los ojos noto que estaba en una habitación, su cabeza dolía, levantó su mano izquierda y noto que tenía una pequeña sonda conectada a su brazo, su mano derecha estaba vendada.
Soltó un pequeño quejido mientras se enderezaba y fue cuando rápidamente un rubio llegó a su lado.
—¿Te duele algo? —pregunto William
—¿Dónde estoy? —pregunto en un susurro.
—En la casa de los Cullen—menciono el rubio —teníamos que sacarte de Francia lo antes posible.
—¿Dónde está Lucien?
—No lo sé—contestó William sentándose en la cama—dijo que tendría que desaparecer un tiempo. También dijo que te buscaría después. Estuviste una semana inconsciente, es bueno que Oliver le avisará antes a Charlie que te quedarías más tiempo en Francia.
Lilith cerró sus ojos un momento, todo o que había pasado en Francia la había dejado aturdida.
—Le diré a Carlisle que venga a revisarte—menciono el original levantándose, Lilith lo tomo de la mano.
—Podrías quedarte un poco —susurro de nuevo—estoy algo confundida. ¿Qué paso después de que me desmayé? ¿Dónde está Oliver? Imagino que sabían los que pasaría por Alice.
William suspiró y volvió a sentarse.
—Ella lo vio, así que Rosalie, Emmet, Alice y yo fuimos a Francia lo más rápido posible, pero no...
William hizo una pausa.
—Quien te saco de la mansión fue Kol. Alice dijo que no te matarían porque querían algo de ti y no sabemos nada de Oliver.
Lilith asintió intentando olvidar que se había mencionado a su padre biológico y estaba demasiado resentida con Oliver, así que no le importaba mucho.
—Ellos querían ver cuando podían capturar y matar a Andrómeda—dijo Lilith—y no sé muy bien como, pero lo cambie o algo así. Debería avisarles a mis primos.
—No le digas a nadie lo que viste, Lilith—dijo William—podría cambiar.
—¿No entiendo?
—Lo que viste podría cambiar si lo comentas.
Lilith se recargó en la almohada.
—Nunca dijiste que tu madre poseía un don igual al mío.
William sonrió un poco. Su sonrisa se desvaneció y alejo su mano de Lilith.
—Ver el futuro de los demás con solo tocarlos no siempre es bueno —menciono el rubio levantándose de nuevo—si los vieras morir. ¿Podrías dormir en paz sabiendo que no podrás salvarlos?
—Podría cambiarlo—replicó.
—Tal vez, pero no sería nada seguro, si esa persona está destinada a morir tan solo alargarías su viaje.
