𝘊𝘢𝘱𝘪𝘵𝘶𝘭𝘰 18

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Lilith observaba la luna mientras abrazaba a su bebé recién nacido

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Lilith observaba la luna mientras abrazaba a su bebé recién nacido.

—Lilith—llamo Andrómeda tomando al bebé—, todo estará bien, solo respira.

—Andrómeda—dijo Asthon—ya está aquí.

La menor miró a Lilith con los ojos llenos de lágrimas y el bebé en sus brazos empezó a llorar.

—Tranquila, estará a salvo.

Lilith cerró los ojos confiando en las palabras de su prima.

La rubia se levantó de golpe y su mano fue a su abultado vientre, lo acarició con temor. La luz del sol brillaba con fuerza, miró el reloj, eran las doce de la tarde, Lilith salió de la cama y bajó las escaleras con calma.

—Hasta que despiertas—hablo una voz desde la cocina.

—Klaus—susurro la rubia con una sonrisa antes de caminar hacia él y abrazarlo como pudo—. ¿Llegaste en la mañana?

—Hace dos horas, ¿no es muy grande para tener solo cuatro meses?—preguntó señalando el vientre de Lilith. 

—Te dije que crecía rápido. Dioses, en unas horas tengo que ir por Andrómeda, me quedé dormida.

—Sí, lo noté. Te hice el desayuno y ayudé con la limpieza. 

Lilith lo miró sorprendida. Klaus no era una persona especialmente servicial con los demás, pero parecía realmente contento de poder ayudar con algo a Lilith.

—Vaya, el demonio se suaviza.

—Intento ayudarte a ti y tu enorme barriga.

—¿Sabes como ayudarías mucho?

Klaus volteo a verla esperando pacientemente.

—Ve por Andy a la escuela —pidió—. Hoy Asthon tiene una fiesta  y dormirá en casa de un amigo. William y yo estaremos fuera también. Charlie hará una pequeña fiesta con sus amigos para el bebé. 

—Sí, lo sé, estoy invitado a la fiesta. 

Eso no le sorprendió. Charlie adoraba a Klaus. Lilith no podía entender cómo ambos habían formado esa conexión, pero estaba ahí y ella estaba feliz por eso, pero no le gustaría dejar sola a su prima, mucho menos después de lo que vio esa mañana.

Klaus la protegería, estaba segura.

—Andy no quiere ir porque tiene que estudiar para los exámenes finales del viernes y estoy algo paranoica, no quiero dejarla sola.

—Entonces, ¿quieres que falte a la fiesta para hacer de niñera? 

—Por favor—suplico la rubia—, por mí y mi enorme vientre.

Klaus volteo los ojos.

—Por favor.

—Bien. Cuidaré a Andrómeda esta noche, ¿feliz?

𝘚𝘦𝘳𝘦𝘯𝘥𝘪𝘱𝘪𝘵𝘺 | 𝘊𝘳𝘦𝘱𝘶𝘴𝘤𝘶𝘭𝘰Where stories live. Discover now