Capítulo 25

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Louis

Parece un espejismo; algo que sólo puede haber salido de la imaginación más desbordada. Tengo la sensación de llevar toda una eternidad esperándolo. He estado varias veces a punto de ceder a la tentación de ir a buscarlo. Llevo imaginándome esto toda la tarde, desde que entramos en el desvío de la carretera que lleva a mi refugio secreto. Esta parte de mis tierras parece salida de un libro de cuentos. Es el marco ideal para mi ángel. Parece que llevara todo este tiempo esperando a que el apareciera.

La brisa agita las hojas. La luz del sol llega con más facilidad a esta zona más clara del bosque que rodea mi hogar. La alfombra de jacintos que me envuelve es vibrante, fascinante. Me recuerda a Harry. Sus ojos verdes brillan asombrados, maravillados, y su esbelto cuerpo está quieto pero lleno de vida.

Doy un paso adelante y ladeo la cabeza. Intento relajar los músculos; estoy tan tenso que empiezan a dolerme. No sé por qué estoy tan tenso. Sé que aquí está a salvo. Puede recorrer mis tierras y pasar el rato en mi casa sin tenerme pegado a su espalda en todo momento. Sin embargo, eso no ha hecho que la espera resultara más fácil. Estaba ansioso, y la razón es más profunda que la preocupación por su bienestar.

Cuando está lejos de mí, siento un dolor en lo más hondo de mi ser que nunca me abandona. Necesito tenerlo cerca por puro egoísmo; porque cuando estamos separados me siento incompleto.

Su piel es perfecta y resplandeciente. Lleva una rosa detrás de la oreja, tal como le pedí. Es una visión de belleza pura y exquisita.

Me aproximo a el y me encanta ver que, cuanto más me acerco, más le late el corazón. Sus ojos no se apartan de los míos. Nunca me había sentido tan vivo: el corazón nunca me había latido con tanta fuerza; jamás había sentido esta necesidad de poseer a alguien. Es mío y será mío durante toda la noche. Hasta mañana puedo olvidarme de los problemas del mundo. Mañana me ocuparé de todo. Me ocuparé de arreglar el tema de su padre, pero también le hablaré de mí. Espero que, tras esta noche, Harry tenga claro hasta qué punto lo amo y sea capaz de perdonarme por haberle ocultado tanta información.

Me está mirando en silencio, mientras yo absorbo la belleza de su rostro.

—Me has encontrado —le digo con la voz ronca.

Le apoyo la mano en la cadera y la sujeto por la nalga.

—Siempre te encontraré. —La voz de Hazzy suena tan ronca como la mía. Alza una mano y la apoya en mi corazón, que canta de felicidad—. Este lugar es precioso.

—También es tuyo; todo es tuyo.

Bajo la cabeza y capturo su boca mientras lo abrazo. No cierro los párpados porque no quiero renunciar al sorprendente brillo de sus ojos verdes. Con besos suaves, me abro camino entre sus labios y luego le meto la lengua lo más hondo que puedo, tragándome sus gemidos. Mi polla se sacude, pidiéndome a gritos que le dé lo que necesita, pero va a tener que esperar. Tengo otros planes y todavía no ha llegado el momento de sumergirme en el.

Aflojo la intensidad del beso y me separo de el suavemente, aunque tengo que emplear más fuerza cuando Hazzy me agarra por la nuca para impedirlo.

—Paciencia, ángel —murmuro sonriendo al oírlo refunfuñar.

—¿Me estás esperando aquí, desnudo, y me pides que tenga paciencia? —Su voz suena totalmente exasperada; me encanta.

Le acaricio la mejilla.

—Quiero hacerlo durar.

Lo empujo hasta separarlo de mí y, por encima de su hombro, señalo hacia el pequeño claro circular donde he colocado una manta.

El Protector [L.S]Where stories live. Discover now