Capítulo 6

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Harry

Sigo temblando por dentro cuando al fin salgo a la calle y noto el aire fresco en la cara. No recuerdo ni uno solo de los pasos —o tropezones— que me han llevado hasta aquí. Respiro con fuerza porque me falta el aire. Él está detrás de mí, guardando las distancias, pero sigue demasiado cerca para mi gusto... y mi estabilidad.

Me detengo y miro por encima del hombro. Está parado detrás de mí, con las manos unidas a la espalda. Tiene el aspecto típico de un guardaespaldas y me da mucha rabia pensar que me está protegiendo. A Niall le va a dar un ataque de risa o se va a morir de celos, no estoy seguro.

Con el ceño fruncido, doy un par de pasos, luego vuelvo a detenerme y a mirar por encima del hombro. Tomlinson también ha dado dos pasos, manteniendo la distancia que al parecer considera cómoda para hacer su trabajo. Me temo que yo no estaría cómodo aunque estuviera a ciento cincuenta kilómetros de distancia. Vamos, creo que mientras este hombre y yo compartamos planeta no volveré a relajarme. Me siento injuriado; ha invadido mi libertad, mi vida, mi felicidad..., mis sentidos. Los ha atacado todos.

Doy dos pasos más y veo que Tomlinson hace lo mismo.

—Es ridículo —murmuro caminando y telefoneando a Niall al mismo tiempo.

—Esperaba tu llamada —me dice, obviamente preocupado—. ¿Qué ha pasado con tu padre?

Hace bien en estar preocupado, porque si Louis Tomlinson tiene que seguirme a todas partes, también le seguirá a él, ya que mi mejor amigo y yo prácticamente estamos unidos con pegamento. Alexander ha vuelto, alguien me ha amenazado y me han colocado un guardaespaldas. En media hora he recibido más shocks de los que me merezco.

—Me ha contratado a un guardaespaldas. Al parecer, alguien me ha amenazado.

Al otro lado de la línea, Niall se atraganta y tose.

—¿Lo dices en serio?

—Por desgracia, sí —respondo con resentimiento—. Al menos, eso es lo que me han dicho, pero ahora que me has contado que Alex ha salido de rehabilitación, no acabo de fiarme.

—Hummm...

Abro la puerta del coche y lanzo el bolso en el asiento del acompañante antes de sentarme. Meto la llave en el contacto y arranco. Espero a que el bluetooth se conecte antes de dejar el móvil en el asiento, junto al bolso. También espero que mi amigo del alma diga algo más, pero no lo hace.

—¿Hola? —la animo.

—Estoy aquí.

—¡Pues di algo!

—Bueno, supongo que las dos cosas son posibles. O es por Alex o por la amenaza. Pero ¿un guardaespaldas para ti? ¿Cómo va eso? —me pregunta aún sorprendido.

—Pues básicamente es un tipo que me sigue a todas partes.

—Vaya, pues ya puedes despedirte de tu vida sexual. —Se echa a reír y yo frunzo el ceño.

No había caído en eso. Estaba más preocupado por mi libertad. No es que me pase el día de cama en cama, pero si surge alguna oportunidad, no me apetece tener a Tomlinson al pie, observando. Me estremezco.

—Coño —susurro indignado.

—Si quieres decir una palabrota, dila bien —se burla de mí al oírme decir mi taco favorito.

—Tenemos que vernos.

—Estoy en la terraza del Picasso. ¿Te apetece una copa de champán?

—Sí —contesto casi sin aliento, y debo contenerme para no pedirle que vaya encargando una botella entera. La verdad es que no tenemos nada que celebrar—. Salgo ahora mismo de la torre Styles.

El Protector [L.S]Where stories live. Discover now