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Lukas

Al día siguiente, después de ir por Soleil al Instituto Moonlight ya que hoy tenía una clase en la noche, ambos nos dirigimos a su casa. Dispuestos a decirle a su familia sobre nuestra relación.

¿Estaba nervioso? Mentiría si dijera que no  porque aún si sus padres siempre han sido buenos conmigo, de mi mente no quitaba sus rostros de felicidad y orgullo cuando creían que Soleil se iba a comprometer con Canek. Después de todo, aunque Canek venía de una familia importante al igual que yo, él era un hipnosommus. Alguien de su especie por lo que podía entender si se sentían más tranquilos de que Soleil anduviera con él.

Aun así, le creí a Soleil cuando me dijo que sus padres aprobarían  nuestra relación ya que tenían una buena imagen de mí y tampoco tenían algo en contra de los brujos. De hecho, ningún miembro de su familia parecía tener algún rencor con los brujos por ser "superiores" que ellos.

Lo cual era bueno, porque había algunas comunidades de Hipnosommus en Demerth que realmente odiaban los brujos.

Sin embargo, de toda su familia, era su abuela quien me preocupaba. Y aunque Soleil no me lo dijera o me tranquilizara de que todos aprobarían nuestra relación, sabía perfectamente que al igual que yo, él también estaba preocupado de lo que su abuela pensara de esto. Después de todo, la opinión de ella siempre era importante en las decisiones de su familia y  en cierta forma en las de él. Y si ella no estaba de acuerdo, eso sin duda traería problemas.

Lo cual pasó cuando Soleil le confesó a su familia la razón por la cual Canek y él cancelaron el anuncio de su compromiso oficialmente, puesto que desde entonces, su relación con su abuela no había sido la misma. Y es que aunque le había dicho a Soleil que entiende que en el corazón no se manda, de alguna forma Soleil piensa que se han distanciado un poco y que ahora parece estar más malhumorada y ansiosa cada vez que recuerda que él y Canek ya no son nada.

—Yo les diré sobre nuestra relación— me dijo Soleil al estar enfrente de la puerta principal de su casa. Estaba en su forma masculina ya que como sabía, estar así lo hacía sentir más seguro.

—¿Estás seguro? Podemos hacerlo juntos.

—No, solo yo— se negó rotundamente. — Realmente quiero hacer esto rápido. Total, solo quiero que lo sepan, no espero su aprobación.

—Pero yo sí — arrugué mi frente.

—Lo sé y sería increíble si todos lo hacen.

—Entonces, ¿piensas que no lo aceptarán? — Alcé una ceja.

—¿Qué? No. No te he mentido, estoy seguro que mis papás lo aceptarán, pero mi abuela...

—Lo sé. Temes que ella no. —Lo interrumpí, comprendiendo. — Lo entiendo, ella puede tener una mentalidad más "tradicional".

Negó con la cabeza. —Aun si ella o alguien de mi familia no lo acepta, no me importa. Yo no voy a romper contigo — Me miró con determinación. Por lo que solo pude sonreír sintiendo calor en mi pecho.

—Tampoco era mi idea dejarte hacerlo. — Tomé su mano derecha y con mi pulgar acaricié sus nudillos. —Si no lo aceptan, eso solo significa que tengo que trabajar muy duro para demostrarles que puedo ser digno de ti.

Al escucharme, sus ojos brillaron y rápidamente desvió su mirada de mí para que no pudiera ver claramente su vergüenza. Por lo que no pude evitar ampliar mi sonrisa y abrazarlo fuerte.

—Te ves tan lindo cuando logro hacer que te sonrojes— le susurré.

Él no me dijo nada, solo me regresó el abrazo con la misma fuerza.

Después del Ocaso (gay)Where stories live. Discover now