19. ¿Es cierto lo que acabas de decir?

115 34 12
                                    

Soleil

Eran 10 minutos antes de que empezara la primera clase cuando Canek y yo entramos al Instituto Sole tomados de la mano. Esto a diferencia de las primeras veces, dejó de ser incómodo y nuevo para mí, por lo que ahora podía ir caminando por los pasillos entrecruzando mi mano con la suya sin ningún problema.

Ya habíamos cumplido un mes de novios y las cosas entre los dos iban bien.

No había algo de qué quejarme, Canek era alguien bueno y amable; me gustaba platicar con él y estar cerca de él.

Al llegar al salón, ambos saludamos a Butterfly y nos sentamos al lado de ella en una de las mesas que estaban hasta el frente.

—Ahora vengo, voy al sanitario— Canek me informó al dejar su mochila, darme un pequeño beso en los labios y salir del salón.

Cuando se fue, saqué el libro de la clase que teníamos en un momento la cual era Onirología (estudio de los sueños). El tintero y la pluma ya estaban en la mesa para que los utilizara, no obstante, saqué mi lapicera y de ella tomé un bolígrafo de color azul.

Sí, era un objeto humano y a lo largo del tiempo, Lukas me había regalado varios de ellos y de diferentes colores porque me gustaba usarlos ya que se me hacían muy prácticos y mejores que las plumas.

Me quedé viendo con detenimiento el bolígrafo mientras recordaba las veces que con una sonrisa, Lukas me daba varios bolígrafos de regalo que consiguió en su viaje a Clovek al visitar a su tío Jack y familia. Dejé el bolígrafo a un lado del libro, y me percaté que había un poco de tierra en la orilla de la mesa.

¿Cómo llegó eso ahí? Ni idea, pero no pude evitar recordar que cuando Lukas está distraído pensando en algo o está aburrido, inconscientemente crea un poco de tierra con sus dedos— puesto que después de todo es un Hexlight del elemento tierra—, y juega con ella por un rato.

Sonreí un poco al evocar eso para después volver a sentir una punzada en el pecho.

Han pasado 2 semanas desde que rompí mi amistad con Lukas, y aunque al principio él intentaba hablar conmigo y yo lo evitaba... Después de unos días, dejó de intentarlo y aceptó lo que le dije. Convirtiéndonos en dos extraños que cuando nos encontramos en algún pasillo de la escuela por casualidad, él finge no verme o más bien no conocerme, pasando a un lado de mí sin darme siquiera una mirada.

Duele...

Y aunque poco a poco me estoy acostumbrando a esa horrible sensación, y por fin Liam me dejó molestar y amenazar, sigue doliendo demasiado no estar cerca de él, ni poder hablarle.

Sin embargo, yo fui quién así lo decidió y no pienso dar vuelta atrás.

Solté un suspiro.

— Si tanto lo extrañas ¿por qué simplemente no vas hacia él, te disculpas y le pides que vuelva a ser tu amigo? — me dijo mi prima, ya cansada de verme en este estado tan miserable y patético que trato que no se me note demasiado.

—Ya se me pasara. Es sólo cuestión de acostumbrarme. Además, a este punto debe de odiarme.

—Y dale con eso, no creo que te odie, pero eso ya te lo he dicho varias veces... En serio, a veces puedes ser taaan necia... —Puso los ojos en blanco. — Puede que seas muy buena ocultando tu tristeza enfrente de Canek, pero no conmigo. — Suspiró y tomó mis manos. — Chiquita... me preocupas ¿sí? Ya no eres la misma de antes. Ya no te oigo tararear cuando estás distraída; has perdido apetito cuando y a ti y a mi nos gusta comer de todo; y apenas si pones atención a las clases puesto que la mayoría del tiempo estás sólo observando esas plumas extrañas de colores ¿Estás seguro que sólo rompiste tu amistad con Lukas? Porque parece que rompiste con un noviazgo de años.

Después del Ocaso (gay)Where stories live. Discover now