37. Él y yo somos novios (parte 1)

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Soleil

Es difícil poder explicar con exactitud qué fue lo que sentí cuando Lukas juntó sus labios con los míos enfrente de todos. Fue una mezcla entre sorpresa, emoción y miedo a la vez.

Sorpresa porque ni en mil años hubiera esperado que me besara repentinamente en la escuela ante la mirada de todos. Emoción porque por muy tonto que suene, había deseado por tanto tiempo que nuestra relación se hiciera pública. Sí, lo sé. Yo fui quien le pidió mantenerla en secreto, pero lo de Canek ya había pasado más de un mes, por lo que consideraba que ya era momento de que los demás lo supieran. Y miedo, porque aunque me gustó su beso, supe de inmediato que esto provocaría falsos rumores y críticas que podían perjudicar a Lukas.

Porque sí, aunque Lukas no presumiera de eso y fingía que no era así con seres que no sabían quiénes eran sus padres, la realidad era que Lukas provenía de una de las 12 familias más importantes de Demerth. Por lo que era común que hubiera comentarios de los de su alrededor (profesores, compañeros, amigos, brujos de las demás familias prestigiosas) que tenían grandes expectativas de él y que decían que él debía sobresalir de los demás, que debería tener un puesto importante en Demerth y que debía hacer votos con una bruja o brujo que también estuviera en una de las familias importantes. Porque era lo que esperaban del futuro guardián del laberinto de los árboles melómanos.

Lukas siempre me ha dicho que no le importa lo que la sociedad piense de él, pues sus padres le han enseñado que debe ser fiel a sí mismo y seguir a su corazón sin importar lo que digan los demás, siempre y cuando sus acciones no dañen a otros. Y yo sé que realmente los ignora, pero ¿qué pasará ahora que todos en la escuela, y no sólo en la escuela sino también en la ciudad, se enteren que tiene una relación con una criatura mágica? Y no cualquier criatura mágica, sino con un hipnosommus.

El tipo de criatura mágica con la peor reputación por "siempre querer seducir a los brujos". Siendo esta la razón de que nos digan repulsivos y poca cosa.

Siempre he tenido este miedo si les decíamos a todos que éramos novios, por lo que aunque estaba feliz que Lukas me hubiera besado de esa manera enfrente de todos, también tuve mucho miedo de las consecuencias que esto podría traerle. Tanto miedo que sin pensarlo lo aparté de mí y me alejé de él corriendo fuera de la cafetería, ignorando los rostros estupefactos de todos ante tal escena.

Lukas no tardó en seguirme mientras gritaba mi nombre y me pedía que me detuviera, pero mientras más cerca lo sentía, más rápido corría. Sin embargo, no pude correr muy lejos ya que me tomó de la mano, haciendo que me detuviera e hizo que ambos entráramos a la bodega del conserje.

Cerró la puerta con magia al asegurarse que no había nadie y soltó mi mano.

— Lo siento, Soleil. Lo siento, sé que la cagué. Lo hice por impulso, pero simplemente no pude evitarlo. — Mencionó sin más mientras me veía con arrepentimiento. — Ese idiota, quería aprovecharse de ti ¡¡¡y no iba a dejarlo hacerlo!!! — expresó su enojo por esa escoria de hace un rato. — Y yo... —soltó un suspiro y se acercó a mí para recargar su frente con la mía. — No te enojes ¿sí?

Lo miré a los ojos y puse mi mano derecha en su mejilla. — No estoy enojada. ¿Quién lo estaría porque su novio lo bese en público?

—Entonces ¿por qué saliste corriendo así? Estabas huyendo.

—Lo siento, estaba asustada...estoy asustada. —Me corregí, sintiéndome apenado.

— ¿Por qué?

—Porque no quiero causarte problemas... — Desvíe mi mirada de la suya por un momento.

—¿Y por qué me causarías problemas? — preguntó confundido. — ¿No soy yo el que te los causará? Es decir, acabo de decirles a todos "nuestro secreto" de que somos novios.

Después del Ocaso (gay)Kde žijí příběhy. Začni objevovat