—Dime que estás viendo, maldita sea —se quejó Hunter, nervioso al no poder entender nada en ese momento. Valerie tomó aire al levantar el rostro, observando a todos los presentes y comprendió que debía comentarles a todos lo que estaba sucediendo.

—No veo fluidos saliendo de la herida, eso significa que ha tenido suerte y que una simple sutura lo solucionará —les explicó ella a los demás y pudo sentir como todos respiraban. Hunter parecía aun nervioso, como si entendiera que eso no era todo—. Pero obviamente tengo que quitarle la daga o será peor. Necesito que confíes en mí, Hunter, porque no puedo trabajar con tu mirada asustada.

Hunter tomó aire de una manera exagerada, como si le costara demasiado creer en ella o en una mujer y terminó por asentir lentamente. Para su sorpresa, los demás presentes parecían convencidos y decididos a confiar en Valerie. Tal vez no lo estaban las únicas mujeres en ese lugar, pero Valerie solo necesitaba la confianza de Hunter. No le interesaba nadie más.

Se preparó para lo peor y se arremangó las mangas de su camisa a cuadros roja, que tanto amaba y sabía que iba a marcharse. Sólo tenía que sacar el cuchillo hacia la izquierda, era algo simple pero no podía confundirse en ningún modo y tenía que seguir la misma línea. Su mano podía fallar, alguien podía distraerla o hasta el mismo Hunter podía quitarle el cuchillo en ese difícil trabajo. Había muchas posibilidades de fallar pero Valerie quería salvar al chico y necesitaba lograrlo.

Apoyó su mano en la daga, quitándole con la otra la venda que cubría el filo y su mano fue directo al mango. Apenas lo movió, Dante despertó gritando del dolor que estaba sintiendo y todo se descontroló en segundos. Hunter atrapó el cuerpo del chico, con su increíble fuerza y lo mantuvo con fuerza quieto en la mesa. Luke, que estaba en el otro extremo del bar, atrapó sus piernas y trató de impedirle que pataleara.

—¿Valerie? —gruñó Hunter furioso mientras mantenía a Dante quieto y pedía explicaciones a la rubia. Ella lo miró con la misma fiereza y le demostró que no iba a ser más fuerte él.

—¡Deja de echarme la culpa de todo, Hunter! ¡No tienen anestesia y estoy trabajando con el pobre chico despierto! —se quejó al instante, algo cansada de su estupidez. Dante luchaba, con los dientes cerrados pero parecía entender que estaba sucediendo—. Dante, estoy tratando de sacarte el cuchillo que dejaron en tu cuerpo. Confía en mí y aguanta. Necesito que no trates de moverte.

—¡No lo controlo, princesa! —advirtió él apretando con fuerza los dientes y ganando un color rosa en su rostro por el esfuerzo por lo que estaba viviendo.

El chico gritaba lleno de dolor mientras ella trataba de no distraerse por la presión que estaba haciendo en ese momento pero podía sentir las náuseas en su estómago con fuerza. Iba a vomitar en cualquier momento y sabía que eso lograría un desastre por completo. Trató de tranquilizarse y siguió su arduo trabajo con mucha prolijidad a pesar de su malestar. Hunter la miraba de manera desesperada mientras que los demás compañeros esperaban que ella lograra cosas imposibles y por un momento creyó que iba a desmayarse en el suelo junto a Dante. Pero cuando finalmente quitó el cuchillo sintió que su vida se había salvado.

Al quitarlo, dio un par de pasos hacia atrás por el esfuerzo y se quedó mirando al rubio con desesperación. Él había cerrado los ojos en algún momento en donde ella le quitaba la daga pero trató de no prestarle atención y seguir, porque si se detenía no iba a ser bueno. Hunter la miró horrorizado, como si estuviera esperando que ella hiciera algo más. Valerie ya no sabía qué hacer, había hecho todo lo que creía correcto y no sabía porque él había cerrado los ojos.

—¿Dante? —lo llamó ella en el silencio del bar, asustada por su vida. Temblaba de pies a cabezas y movía el cuchillo de una manera que podía asustar a cualquiera.

HUNTER. Tierra de salvajes #1 [Terminada]Where stories live. Discover now