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8:30 am.
FINALMENTE LA CELEBRACIÓN de año nuevo había llegado a Hogwarts. Los pocos alumnos que decidieron quedarse en la escuela se encontraban rebuscando entre sus cajones por sus atuendos más elegantes y brillantes para usar durante la cena.
Algunos profesores, como la profesora McGonagall o el profesor Flitwick, habían elegido a algunos de sus mejores estudiantes para dejarles decorar el gran comedor para la celebración. Debido a la reputación de los merodeadores, ellos fueron los elegidos para limpiar el comedor antes de que empezaran a decorar.
—¿Por qué a nosotros nos toca el trabajo sucio?
—Probablemente sea porque ustedes siempre están haciendo bromas de mal gusto y de algún modo u otro, siempre logran arrastrarme con ustedes —Remus puso los ojos en blanco.
—Ni siquiera sé qué es esto —James dijo mientras tomaba un objeto muggle de una de las cajas.
Se encontraban en una bodega llena de polvo y repleta de cajas igual de polvorientas, Peter había tenido que salir de la habitación debido a sus alergias. Sirius salió detrás de él alegando que también tenía alergia, aunque en realidad no era cierto.
—Es un destapacaños.
—Okey, entiendo —murmuró mientras examinaba el artefacto, lo colocó sobre su cabeza—. ¡Es como un sombrero, lunático! ¿Cómo me veo?
—En realidad se usa para los escusados —añadió con una mueca de asco.
James hizo una cara de horror mientras se quitaba rápidamente el destapacaños de la cabeza y lo tiraba al suelo. Remus se burlaba a la distancia mientras seguía buscando los objetos de limpieza que la profesora de estudios muggles les había pedido.
—¿Por qué estoy aquí? Debería estar buscando un atuendo ahora mismo.
—James, preparaste tu ropa desde hace una semana.
—¿Y eso qué?
—Debo bañarme, peinarme, ponerme lindo, ¿sabes? Es un proceso largo.
—Ugh, suenas igual a Sirius.
James se encogió de hombros. —Si por cuidar mi apariencia soy como él, entonces no me importa, lunático.
Remus se rió, tal vez por el parecido que ambos tenían, como si fueran de verdad hermanos. Era la misma sensación que ver a Sirius y Luan juntos, casi podías decir que ellos tres crecieron en la misma casa, criados por los mismos padres, haciéndose bromas y burlas unos a otros.
