Timeless Academia

Invocación: El Fantasma de la Ópera

El hombre una vez conocido como Erik inclinó la cabeza ante la pregunta de Izuku, pareciendo confundido por ella. Su mirada se desvió hacia Mash y, durante unos segundos, permaneció en ella. El Shielder encontró su mirada, solo para temblar ligeramente debajo de ella. Antes de que Izuku pudiera preguntar qué estaba pasando, volvió a tararear ligeramente y luego miró a su Maestro. "Yo soy... el Fantasma. Eso es todo..." dijo alegremente. No estaba del todo claro por qué lo dijo de esa manera, pero fue una respuesta tan satisfactoria como uno podría esperar de él.

"Ya veo..." respondió Izuku, sin saber qué más decir realmente. Mientras Mash pasaba junto a ellos para recuperar su escudo, siguió hablando, con la esperanza de tranquilizar al hombre extraño. "Bueno, ¡gracias por venir, Fantasma! Realmente no puedo decir exactamente cuándo estarás en el campo, ya que todavía estamos tratando de encontrar la próxima Singularidad. Pero mientras tanto, te atraparemos". acomodado y cómodo..." explicó. Sin embargo, comenzó a desvanecerse cuando vio que la atención del Fantasma se había desviado, enfocándose solo en Mash nuevamente cuando ella comenzó a caminar de regreso. Sus ojos pronto se encontraron de nuevo, y el Fantasma inclinó la cabeza. Ignorando lo extraño que era, el Fantasma solo tarareaba mientras pensaba. "... eh, ¿Fantasma?" preguntó Izuku.

El Fantasma se giró para mirar a su Maestro, luego levantó lentamente una garra para señalarlo. "... eres tú... Raoul?" preguntó, un matiz de ira creciendo en su voz mientras lo hacía. La pregunta y el gesto en conjunto enviaron una breve ola de tensión a través de la habitación, todos ellos ahora vieron la garra apuntando en dirección a Izuku como una amenaza.

"¡N-No, no lo es!" Mash dijo antes que nadie, corriendo rápidamente al lado de Izuku, su escudo aún en su mano. "¡Raoul no! ¡De ninguna manera!"

El Fantasma miró a Mash después de que ella dijo esto, bajando su mano y dispersando la tensión. Volvió a tararear pensativamente, pero cuando habló hubo un cambio repentino a un tono triste. "Entonces... no eres..." comenzó, pero no terminó la oración. Bajó la cabeza y dejó escapar un suspiro melancólico, antes de darse la vuelta y alejarse, hacia la entrada de la habitación. Lo que los dejó a los dos completamente desconcertados, y su confusión solo disminuiría gracias a que el Dr. Roman revisaba la pantalla de la computadora frente a él.

"Ahh, eso lo explica..." comentó. Mientras el Fantasma parecía deambular sin rumbo detrás de él, miró a Izuku y Mash mientras se acercaban. "Tiene Contaminación Mental. Es por eso que está actuando de esta manera". aclaró.

"¿Mental qué...?" preguntó Izuku, encontrando el término más que un poco desconcertante.

"Es una habilidad similar a Madness Enhancement, solo que un poco más débil". Da Vinci intervino, atrayendo su atención. "En lugar de cambiar la cordura por la fuerza física, la cambia por la fuerza mental. Esto lo hace completamente inmune a cualquier tipo de hechicería que altere la mente. Pero como es así, comunicarse con él no será precisamente fácil..."

Antes de que Izuku pudiera pedir más detalles, todos vieron que el Fantasma se acercaba repentinamente a Da Vinci, con su único ojo visible muy abierto por la emoción repentina. "¡¿Eres tú?!" preguntó, para sorpresa de todos y mayor confusión. Da Vinci, por su parte, respondió con más calma que una herida normal cuando se enfrentó a un hombre extraño que blandía garras de metal oxidado en lugar de manos.

"La última vez que lo comprobé era yo... ¿querías darnos algo más que eso?" ella respondió.

El Fantasma se quedó mirando a Da Vinci después de su respuesta, su entusiasmo se transformó en confusión. Se movió hacia atrás para mirarla completamente otra vez, recorriendo su cuerpo con la mirada de arriba abajo. Justo cuando ella estaba considerando hacer algún comentario sobre disfrutar de la vista que él estaba teniendo, dejó escapar otro suspiro deprimido. "No ella..." aparentemente concluyó. Se apartó de Da Vinci y comenzó a caminar fuera de la habitación, en otro estado de desesperación.