OSBORNE: El destino de una dinastía

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Levy acudió a la cabaña de custodia en cuanto Asher llegó con noticias de lo que había ocurrido. El sol ya se asomaba en el cielo, y la mayoría de los integrantes de los clanes estaban despiertos, algunos porque debían dar inicio a sus actividades y otros, porque con tanto barullo fue imposible no despertarse.

A Maylea la vio inconsciente sobre las pieles cuando llegó, Skailer había apoyado su cabeza sobre sus piernas, y la había cubierto con una capa negra.

Un par de centinelas también se encontraban en la habitación.

—Fuera —Dijo Sama'el que apareció a la espalda de su hermano mayor.

Los hombres asintieron enseguida y en un silencio casi sepulcral atravesaron la pequeña puerta de salida.

—¿Él la...

—Le dio raíz de olmo blanco, por eso no pudo gritar o defenderse —Dijo Skailer interrumpiendo a Sama'el.

—¿Lo capturaron?

—Continúan buscándolo —Suspiró acariciando los cabellos negros de Maylea con suavidad —. Pero aún si lo capturan, lo ocurrido es...

—¡Ah! —Se quejó Levy con aparente dolor.

Fue entonces cuando su hermano notó que el pelirrojo había permanecido en silencio, con los ojos fijos sobre Maylea desde el momento en que ingresó a la cabaña.

—Detente —Le pidió en apenas un murmulló.

Levy parpadeó un par de veces antes de volver en sí mismo. Había sentido su dolor, todo contra lo que Maylea estaba batallando incluso dormida. La incertidumbre alojada en su corazón y las sensaciones difusas que le quedaron en la piel herida por lo que Dominick le había hecho.

—Debemos despertarla, por eso te llamé —Explicó Skailer.

—No —Dijo Levy con el corazón aun latiendole acelerado en el pecho a causa de los agobiantes sentimientos de la doncella —. Si la despiertas ahora, no podrá controlar sus emociones.

Sama'el frunció el ceño.

—No estarás pensando en... —Alternó la mirada entre su hermano y Maylea —. Dijiste que no volverías a hacerlo.

—Se lo que dije, pero mis centinelas permitieron que abusaran de mi prisionera. ¿Te parece que tengo muchas opciones? —Cruzó los brazos sobre el pecho, sereno —. El conclave volverá en una semana, ¿Qué crees que les dirá sobre cómo la atendimos?

—Sam tiene razón —Soltó Skailer —. No puedes manejar las emociones de los demás. Permitele lidiar con su dolor.

—Ninguna mujer debería lidiar con este tipo de dolor, Sky.

—Ella no es cómo nosotros —Le recordó —. Sé que planean convertirla en tu esposa y que ustedes dos serán la fachada perfecta para nuestra nueva vida en Rhiannon, pero no es una libre, no entiende la magia ni las partes de ti mismo que te arranca.

—Estoy confundido —Dijo con los labios curvados en una media sonrisa —. No recuero haber pedido su opinión.

Sama'el no pudo evitar la risa. Su hermano estaba de un pésimo humor, tanto que ni siquiera se daba por enterado de la forma en que se dirigía a Skailer, lo que probablemente la morena le cobraría en la soledad de su habitación.

—Pues tendrás que castigarme porque de todas formas te la daré. Ella necesita sentir lo que perdió, es débil y por eso no pudo defenderse.

—La mierda que nos pasa nos hace mas fuertes ¿En verdad crees en eso? —Preguntó haciéndose a un lado de la puerta —. Salgan.