Dulce y cruel

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– Fue muy lindo todo lo que hiciste por tus amigas Serena – hablaba Luna suavemente a la princesa que se encontraba acostada en cama, a pesar de sentirse tan cansada últimamente pudo hablar con los chicos y darles una ayuda en lo que necesitaban, la guardiana lunar anhelaba que cada una de sus sailor pudieran tener un vida tranquila sin ataduras, en algún punto se tenía que formar Tokyo de Cristal es cierto pero las chicas merecían una vida normal y ella estaba dispuesta a dárselas – deben estar muy contentas con sus amores ahora – continuó hablando la gatita – bueno la que creo que falta es Mina ¿hablaste con Yaten?

– Él habló con Mina sin que yo interviniera pero... ¿sabes Luna? Creí que cuando todo se aclarara ella vendría a mi a disculparse pero eso no ha sucedido, es muy raro ¿no lo crees?

– Es muy cierto, Mina siempre ha sido tu amiga mas cercana eso sin decir que es la líder de las sailors seguro está muy avergonzada por su comportamiento, dale tiempo y en menos de lo que piensas estarán riéndose a carcajadas – comentó Luna con entusiasmo

– Eso espero – respondió la chica en medio de un gran suspiro

– ¿Tampoco has hablado con Darien? – preguntó a gata curiosa

– No, nada aún, Rei me dijo que me había llamado pero ahora que lo recuerdo desde ese entonces ella tiene mi celular, para comunicarme con Seiya y Michiru tuve que hacerlo desde el de Sammy menos mal tenía agendada a su suegra – comentó a modo de broma – pero es muy extraño que Darien no se haya aparecido ni siquiera en casa – habló en medio de un bostezo – tengo mucho sueño Luna, hasta mañana – alcanzó a decir antes de caer profundamente dormida. Luna la observaba se veía notablemente cansada, sin duda alguna había perdido mucha energía pero aún así seguía fuerte y dispuesta a luchar por sus amigas

– Serás una gran reina Serena – dijo la gatita antes de recostarse en los pies de la rubia

El amanecer trajo un espléndido sol, a pesar de que pronto llegaría el otoño ese día en especial el cielo se veía más azul. Serena había despertado muy cansada, como si no hubiese dormido nada pero no se iba a quedar acostada todo el día tenía que ser fuerte, así que con todas sus fuerzas pudo salir de la cama, una larga ducha la hizo sentirse mejor, desayunó en familia hace rato no lo hacía por su estado de salud pero fue muy agradable estar con sus padres y hermano, charlaron de todo y nada a la vez, su madre le preguntó si ya tenían todo preparado para el evento de Haruka y ella muy orgullosa de todos sus amigos dijo que si, que estaba segura que todo sería un éxito rotundo, la mañana dió el paso a una agradable tarde en casa, por más que quería pasar tiempo con su madre prefirió salir a caminar, no tener dolores de cabeza y una porción decente de energía le permitirían pasear la ciudad que tanto quería, para hacerlo optó por un vestido azul cielo que se ceñía a su cuerpo, ya no era una niña por lo cual tenía curvas más pronunciadas era una mujer muy atractiva, el color de su vestido resaltaban sus ojos celestes, por lo cual se veía mas hermosa, no quiso usar su sello personal así que sus tradicionales chonguitos fueron reemplazados por un cabello suelto rizado en puntas quería sentirse bien y vaya que lo había logrado

– Estás hermosa hermana – dijo Samuel al verla bajar las escaleras

– Gracias, así me siento – contestó con una gran sonrisa – voy a salir un rato nos vemos luego

Sentir la brisa fresca del verano era uno de los mejores placeres para la rubia, comenzó a caminar por las calles de Tokyo, definitivamente había valido la pena cada batalla que había librado para salvar el mundo, fue un camino muy complejo lo sabía pero el resultado lo merecía todo, ver a las personas tranquilas la llenaba de una gran alegría, luego de caminar un bueno tiempo se decidió por tomar una refrescante limonada, así que divisó un pequeño lugar en una esquina con mesas en la calle y decidió que sería su destino. Mientras degustaba la bebida pensó en Darien, lo extrañaba por montones, la última discusión había sido muy fuerte, sentir celos no era nada agradable y estaba segura que Saori tenía intenciones mas allá de lo laborales con su novio, confiaba mucho en el amor que Darien le tenía, pero dolió que prefiriera pasar su tiempo libre junto a la otra chica y no con ella, era un caballero que no se negaría a rescatar una dama pero ¿qué su novia no debería ser lo primordial? Eso más la mención de que era una niña que no había madurado la hirió profundamente, ella solo quería que la viera como una mujer que estaba dispuesta a pasar su vida con él.

El cielo se tornó de colores naranjas, definitivamente iba a ser un precioso atardecer por lo que decidió caminar hasta una colina cercana para poder apreciar el espectáculo que le daba la naturaleza, estaba sola pero no se sentía sola, aunque las cosas no estuvieran bien con todos sus seres queridos contaba con ellos, pronto pasaría esa absurda prueba y volvería todo a la normalidad se dijo así misma y en algunos años se formaría Tokyo de Cristal lugar donde nacería su hija, si una hija con Darien, recordó a Rini y aunque al principio le dió muchos dolores de cabeza era una niña muy tierna con un gran corazón, sonrió en silencio hasta que alguien a su lado habló

– Que agradable coincidencia señorita Tsukino – Serena dirigió su mirada hacia donde provenía esa voz, unos brillantes ojos violetas la observaban con mucha curiosidad

– Diamante – fue lo único que alcanzó a decir en medio de sus nervios

– Veo que me recuerda, y eso me alegra profundamente ¿quién no querría que su boca pronunciara su nombre? Se encuentra usted muy bella el día de hoy – aunque estaba vestido de manera informal se veía muy guapo, su cabellera plateada brillaba haciéndolo ver tan atractivo y sexy, cualquier mujer se enamoraría de inmediato pero no Serena su corazón no tenía cabida para nadie que no fuera el príncipe de la Tierra

– Si lo recuerdo, es el nuevo socio de Haruka – contestó de forma muy educada

– ¿Solo por eso me reconoce?

– ¿Debería ser por algo más? – preguntó ansiosa

– Bueno si hablo por mi, no la recuerdo por ser amiga de mi nueva socia, la recuerdo por ser la portadora de la mas hermosa mirada que he tenido el placer de ver, además de ser la representación de la dulzura, belleza y calidez – habló pausadamente, la rubia pasó saliva esas palabras la tomaron por sorpresa, aparte de Darien solo Seiya le había dicho cosas dulces y al igual que esa vez se ruborizó y bajó la mirada – ¿le incomoda lo que dije? – preguntó el hombre confuso

– Son palabras hermosas pero deberían ser para otra persona, no le diré que me incomodan porque mentiría, es muy lindo todo lo que acaba de contarme pero debo ser sincera, tengo a alguien muy especial en mi vida, le puedo asegurar que lo he amado en una vida pasada, que lo amo ahora y lo amaré por siempre – la rubia hablaba muy segura sin pizca de duda – y aunque me recite toda la poesía del mundo mi corazón no se estremecerá como cuando lo hace pensando en él – el hombre pudo notar el gran amor contenido en el cuerpo de la mujer que lo había eclipsado semanas anteriores y se sintió muy triste de no ver esperanza alguna en poder conquistarla

– Es usted muy dulce y a la vez muy cruel, que maravilla escucharla hablar del hombre que ama pero que dolor no ser él, creo que nunca había sentido envidia en mi ser pero puedo decirle hoy que la estoy experimentando porque tener al lado a una mujer como usted señorita Tsukino debe ser como vivir en el mismo cielo – dijo acercándose lentamente a la rubia, procedió a tomar su mano y la besó suvamente mirándola a los ojos en todo momento – soy un caballero que respeta el deseo de las mujeres, acá estoy declarando un amor que se despertó a primera vista, desde que me la presentaron ha estado en mis pensamientos y sueños es como si toda la vida hubiese estado ahí pero hasta ahora la conozco – soltó la mano de Serena lentamente – espero sinceramente que el dueño de su corazón la ame como estoy dispuesto hacerlo yo, porque si es así sabré que es usted feliz, linda tarde señorita Tsukino – fue lo último que escuchó Serena por parte del que era príncipe de Black Moon.


Continuará

La PruebaWhere stories live. Discover now