Capítulo 20

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Cuando Jung-kook despertó a la mañana siguiente, tuvo que taparse los ojos con el antebrazo frente al intenso sol que entraba a raudales por los enormes ventanales de la habitación. Al parecer, la noche anterior se había olvidado de echar las cortinas, lo cual no le extrañaba nada, puesto que no lograba recordar ni cómo demonios había llegado hasta su casa.

Se movió ligeramente inquieto entre las sábanas y se sorprendió de que la cabeza no le diera vueltas como a un trompo. Parecía un milagro, pero solo tenía un ligero dolor de cabeza y, eso sí, sueño suficiente como para girarse hacia el otro lado y dormir el resto del día, pero sabía que no lo conseguiría si no se levantaba primero a bajar la persiana.

Abrió los ojos despacio para aclimatarse un poco a la luz y los clavó en la extraña lampara que colgaba del techo.

—Pero ¿Qué coño...? —extrañado, se incorporó sobre los codos y miró a su alrededor.

No tenía ni la más remota idea de dónde estaba, pero, desde luego, aquella no era su habitación. Cuando miró hacia un lado, se dio cuenta de que no estaba solo en aquella enorme cama. Alguien dormía a su lado, pero quien fuera estaba tapado hasta la cabeza, suponía que para evitar la intensa luz, y no veía nada que lo ayudara a intuir quién era. Aunque por la respiración relajada que tuvo que esforzarse para escuchar, supo que, quien fuera, dormía aún.

Casi por inercia, y aun sabiendo de antemano la respuesta, levantó la sábana para asegurarse de que, como suponía, estaba completamente desnudo bajo ella. Desconcertado, intentó recordar qué demonios había pasado a última hora de la noche, cuando ya no quedaba ni una gota de tequila en aquella botella, pero solo pequeños retazos de imágenes sueltas acudieron a su mente.

El cuerpo de un chico sin rostro, el deseo a flor de piel... y caricias de seda enardecidas por el tequila. Respiró hondo varias veces y se incorporó un poco más en la cama, con cuidado de no despertar a la persona que dormía a su lado. Miró a su alrededor y descubrió un distintivo en la pared que al menos desveló el primer misterio: estaba en una de las habitaciones del hotel, donde se había celebrado la boda, lo cual resultaba de lo más lógico.

Aquel descubrimiento trajo consigo un recuerdo de la subida en ascensor hasta aquella habitación mientras besaba como un loco a un chico al que no lograba verle el rostro. Miró hacia la persona que dormía a su lado y tragó saliva, empezando a sentir un malestar que no tenía al despertar, fruto de la incertidumbre. Si unas copas de más lo habían llevado a la cama de otra persona...

Aquel pensamiento lo enfermó y tuvo que sofocar una arcada. No tenía muy claro qué hacer. Quizá lo mejor sería salir de aquella habitación a hurtadillas antes de que él despertara, pero él jamás se había comportado de aquella denigrante manera con una persona y no iba a empezar aquel día, por muy avergonzado que estuviera. Si había cometido el error de acostarse con ese chico, al menos le debía dar la cara a la mañana siguiente.

Se revolvió inquieto en la cama y pareció contagiarle su desasosiego a su acompañante, que se movió entre las sábanas mientras Jung-kook esperaba, expectante, alguna pista que lo ayudara a identificarlo... Y lo hizo. Habría reconocido en cualquier parte aquellos mechones dorados que asomaron por encima de la sábana. Una mezcla de alivio y desconcierto le inundó el pecho, y al fin pudo respirar con algo más de normalidad. Lo cual era todo un milagro, dadas las circunstancias.

Ji-min se giró hacia arriba al tiempo que se desperezaba. Y cuando abrió los ojos, aún soñoliento, volvió a taparse la cara frente a la intensa luz, hasta que poco a poco sus pupilas fueron acostumbrándose. Unos segundos después, se incorporó ligeramente sobre los codos con cierto sobresalto, con los ojos abiertos como platos. Miró a su alrededor y descubrió a Jung-kook, semi incorporado sobre el respaldo, mirándolo con una expresión indescifrable. Con un gesto de horror, levantó la sábana para hacer la misma comprobación absurda que él hacía unos minutos.

Luchando por tu amorTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon