Capítulo 17

851 167 17
                                    


El día de la boda llegó en un suspiro.

Cuando quisieron darse cuenta, todos miraban a Seok-jin y Tae-hyung pronunciar sus votos con las emociones a flor de piel. La complicidad y el inmenso amor que brillaba en los ojos de la pareja flotaban en el aire y eran como un halo de luz mágico y maravilloso que arrancaba suspiros e incluso lágrimas de emoción en muchos de los asistentes a la ceremonia.

Jung-kook, apostado al lado del novio, intentaba disfrutar de la felicidad de sus amigos sin que sus propios fantasmas influyeran, pero la intensidad emocional del momento empezaba a ganarle la partida. Desde su llegada al hotel se había esforzado por mantenerse lejos de Ji-min, tal y como había hecho los últimos dos días en los que se había negado a verlo, pero el amor que flotaba en el ambiente, unido al hecho de que aquel día estaba realmente precioso, empezaba a hacer mella en su auto control y cada vez le resultaba más complicado mantener los ojos lejos de él.

Cuando la ceremonia llegó a su fin y pudo abrazar a los novios y echarse a un lado, hubiera querido buscar un lugar tranquilo para desaparecer un rato. La tensión nerviosa de los últimos días había sido insoportable y comenzaba a pasarle factura. Ji-min había intentado hablar con él en diversas ocasiones desde el mismo momento en que lo vio alejarse de su casa aquella maldita noche. Pero para él no habría conversación posible hasta que no consiguiera sacarse de adentro la rabia que llenaba su pecho cada vez que recordaba la imagen de aquel tipo arrodillado frente a Ji-min mientras él observaba la idílica escena, impotente, escondido entre las sombras.

—Relájate un poco, Kook —le pidió Yoon-gi casi entre dientes, llegando hasta él—. Esto no ha hecho más que empezar. —Solo obtuvo un suspiro resignado como respuesta. —¿Has hablado con Ji-min?

—Aún no, y sigo sin tener ninguna intención de hacerlo. —Ahora fue Yoon-gi quien dejó escapar un sonido de impaciencia.

—Sabes que tienes que comer a su lado, ¿verdad?

—Sí, soy consciente.

Yoon-gi no agregó nada más sobre el tema. Ambos se internaron entre la gente e intentaron comportarse con la mayor naturalidad. Los camareros comenzaron a pasearse por el jardín sirviendo algunos aperitivos mientras hacían tiempo hasta que los novios regresaran de hacerse unas fotos, y pudieran pasar al invernadero para comer. Caminaron hasta donde estaba Vivian, que charlaba con uno de los camareros frente a una bandeja de canapés.

—¿Te vas a decidir por alguno? —bromeó Yoon-gi—. O piensas mirarlos mucho más.

—Creo que esta vez voy a pasar —terminó diciendo la chica, dejando por fin marchar al camarero—. ¿No ha sido una ceremonia maravillosa? — Los miró con una sonrisa.

—Sí que lo ha sido —admitió Jung-kook, y bromeó—: Pero espera al brindis para seguir llorando, por favor, o a este ritmo calculo que estarás deshidratada... como a las cinco de la tarde. —Vivian rio. No tenía sentido fingir que no había pasado llorando, emocionada, toda la ceremonia.

—Son las hormonas. —Se encogió de hombros, tocándose el abdomen —. Y durante una temporada podré justificarlo todo con esas tres palabras.

—Estás guapísima —le dijo Yoon-gi con una sonrisa sincera.

—Preciosa, es verdad —insistió Jung-kook.

—¡Qué galantes! —Sonrió—. Pero mi dinero en maquillaje me ha costado, porque parezco una zombie últimamente.

—¿Sigues vomitando?

—Casi nada me sienta bien —admitió, dejando escapar un suspiro de resignación—. Por eso me contento solo con observar los canapés.

Luchando por tu amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora