Capítulo 21

877 158 3
                                    


Jin, sentado en el despacho de Jung-kook, miraba perplejo las fotos del periódico que el propio chico había decidido enseñarle. Nada mejor que aquello, y el artículo que acompañaba a las imágenes, para ilustrar y resumir todos sus problemas con Ji-min.

La noche anterior, nada más llegar de su luna de miel, Jung-kook había decidido hacerles a sus amigos un resumen de en qué punto estaba su vida en aquel momento, pero no les había permitido hacer preguntas aún. Había tenido que soportar una larga mañana de trabajo, con Jin persiguiéndolo por todas partes, hasta que al fin habían podido sentarse a charlar casi rondando el mediodía.

—¿Me dejaste irme de luna de miel sin decírmelo? —se quejó Jin, mirando ahora las fotos con un gesto de disgusto.

—¿Ji-min y yo estaríamos en otro punto de habértelo dicho?

—No, pero...

—Nam y Yongs han estado al quite —le aseguró—. Pesados de más, diría yo —intentó sonreír, pero no lo consiguió del todo. Hacía muchos días que no lograba esbozar ni una mueca.

—¿Desde cuándo no lo ves?

—Desde el día siguiente a la boda —admitió.

—Los vimos cuando se fueron ese día —contó Jin con un gesto de extrañeza—. Tú llevabas un pedo monumental, que ahora entiendo un poco mejor, pero le besabas casi descontrolado.

—No recuerdo nada de aquello.

—¿Tampoco recuerdas cuándo Tae les dio la llave de la habitación? — Jung-kook negó con la cabeza. Aquello desvelaba algunas incógnitas de aquella noche—. Les reservamos una habitación cuando supusimos que aquello era preferible a que siguieran en los jardines con lo que estaban haciendo. —Jung-kook lo miró con una expresión torturada.

—¿Podemos olvidarnos de aquel día?

—Al parecer tú no tienes que esforzarte. ¿De verdad que no recuerdas nada?

—De la noche no.

—Pues no quiero ni pensar en cuando amanecieron en la misma habitación.

—No, yo tampoco quiero pensarlo demasiado.

—¿Tan malo fue?

—Hubo un poco de todo.

—¡Me das la información a cuentagotas, Jung-kook! —se quejó Jin—. ¿Por qué?

—¡Acabo de contarte que el padre de Ji-min es un noble coreano y que está prometido a un conde! —se quejó—. ¿Por qué quieres centrarte en esa mañana?

—Porque tú pareces querer evitar hablar de ello.

—Por algo será.

—Exacto. —Su amigo sonrió y lo taladró con la mirada. Jung-kook terminó sintiéndose tan cohibido que terminó aceptando con cierta desesperación.

—¡Vale, puede que aquella mañana fuera... intensa en algunos momentos!

—¿Cómo de intensa?

—¡Seok-jin! —se quejó.

—Ah, así de intensa. —Sonrió con malicia.

—Olvida esa mañana —insistió malhumorado—. Nuestra relación está acabada —dijo con pesar. Su amigo suspiró ahora con cierto hastío.

—En el momento en que se encontraron a solas en una habitación terminaron en la cama sin remedio —empezó diciendo, y se encogió de hombros—. Chico, define acabada, porque algo no cuadra. —Jung-kook guardó silencio. De alguna manera, no podía quitarle parte de razón a Jin. —De modo, Kook, que permíteme centrarme en lo que de verdad importa, en lugar de ayudarte a seguir lamentándote por todo lo que tú consideras importante —insistió—. Para eso ya te bastas solito.

Luchando por tu amorWhere stories live. Discover now