Pero toda señal de preocupación o cuestionamiento se fue cuando de un momento a otro el chico se acerca a ella para abrazarla de la manera más gentil y pasiva.
Para ella fue un lindo acto, pero para él tal vez fue un abrazo de despedida cargado de sentimientos que jamás verían la luz, sentimientos que debían ser callados en el primer avistamiento.
Porque en ese preciso momento, lo que deseo por unos instantes que no ocurriera; simplemente ocurrió.
El sonido de la desilusión plasmado en un cálido y lento beso en la mejilla de la latina, al menos el último que le daría.
Cuando Mason se separa de la pelinegra para sonreírle una vez más, reconoció a una confundida Brooklyn, él lo estaría si estuviese en su posición, pero era lo mejor para ellos.
—Fue bueno—Dice mirando sobre el hombro de la pelinegra—Pero no mereces esto
Aunque Mason quiso decirlo por Brooklyn, no pudo sentirse identificado, ahora más más que nunca le temió a sentirse así , porque si dolía de esa manera tan fuerte y quebrante, no podía ser nada más que amor.
Pero el amor era volátil cuando ambos lo sentían, el británico sabía que los dos estaban enamorados.
Solo que él de ella.
Y ella de otro.
Nada más ni nada menos, Henry Hart, quién estaba parado detrás de ella, esperando que Brooklyn se volteara.
Y cuando lo hizo, Mason bajo la mirada y sonrió, porque aunque muy dentro de él siempre supo que todo fue falso y que solo llenaba el vacío que Henry le dejo; seguía doliendo.
Sobre todo cuando se despidió en voz baja, y nadie pareció notar como se marchaba con el corazón roto.
Porque simplemente eso era lo que sentía, y solo el amor podía doler tanto como eso.
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Después de lo que pasó anoche, Brooklyn no podía ver a Henry y tampoco quería ver a Mason, no se sentía preparada para hacerlo, fue inconcluso saber lo que depararía la relación del chico Hart con ella.
Quizo decirle que si, pero solo dijo que lo pensaría.
Pero, como el destino nunca estaba a su favor, cerca de la entrada de la preparatoria de Swellview, Mason hablaba con la misma chica que conocieron en detención, queriendo desaparecer o regresar, no pudo hacerlo cundo Jasper grita su nombre, provocando que los susodichos volteasen hacía ella.
Una inexplicable sensación amarga se sintió en el estómago de Brooklyn cuando el británico la saludó y luego dejó de mirarla para voltear hacia la chica que estaba a su lado.
—¿Henry te dijo algo?—Pregunta Brooklyn cuando Jasper se refiere a la salida de anoche.
—¿Henry?—Cuestiona intrigante—No, Mason me preguntó un lugar especial para ambos, me dijo lo que planeaba... es un buen chico—Pronuncia Jasper con una sonrisa, mirando en dirección al británico—y le gustan mis cubetas.
Había deseado regresar con Henry a cualquier costo, incluso pretendió tener una relación con alguien que llevaba menos de tres semanas en el lugar cuando le preguntó.
En ese preciso momento, cuando la brisa recorre por cabello para moverlo hacia un lado; Brooklyn de manera inconsciente pensó en los pocos momentos que tuvo con Mason y en la larga relación que tuvo o tiene con Henry.
Por supuesto no amaba a Mason porque amaba a Henry, al menos de eso estaba segura hace un par de segundos.
Cuando una punzada de culpa recorrió su pecho ante el abrazo del inglés hacia la rubia –ahora frente a él–, y simplemente se imaginó que ella estuvo ahí hace unos días.
Agradeció que su amigo tomara la iniciativa de romper su pacto, de lo contrario se ilusionaría con algo que jamás funcionaria.
Ante la idea, Brooklyn niega y le toca el brazo a Jasper para que ambos entran a la escuela, ¿Por qué pensó que algo de eso funcionaria?
Se cuestionó muchas cosas, culpable y confundida, la única pregunta que no pudo auto-responderse al instante pareció ser la que más dolor le causó.
