El enmascarado sonríe hacia la chica, mientras ella terminaba de preparar el sushi.
Henry se había sorprendido a si mismo cuando invito a Brooklyn almorzar, aunque teniendo en cuenta que siendo Kid Danger pondría fin en peligro la seguridad de ella; ambos adolescentes habían aceptado que fuese en la casa de la pelinegra.
—No sabía que cocinabas—Le dice Henry, aunque mentía. Por supuesto que lo sabía, Brooklyn lo hacía muy bien.
—Oh, es que quiero estudiar gastronomía—Responde mientras cortaba el rollo de shushi—Aunque mi papá prefiere que sea bióloga marina, cómo él... ¿y tú? Me refiero, se que hay un chico debajo de la máscara—Murmura algo nerviosa y apenada cuando Henry la mira fijamente con una sonrisa.
—Aún no lo sé—Responde pensativo.
Y estaba en lo cierto; Henry aún no sabía como dividir su vida personal con Kid Danger, a diario se cuestionaba ¿Hasta donde termina Kid Danger y empieza Henry Hart?, sabía que era su deber proteger a Swellview; pero no él mismo sabía por cuanto tiempo.
De pronto, un sonido los interrumpe, era el teléfono de Henry. Cuando la pelinegra lo observa curiosamente, el rubio le dice que necesitaba un momento.
Brooklyn asiente y ve como el enmascarado se aleja de ella.
La pelinegra sonrie por lo bajo de forma emocionada, si Piper supiese que ella se conocía a Kid Danger de seguro la asesinaria por no decirselo.
Era curioso la forma en la que ambos se habían conocido, después del "Secuestro" del Niñote en la escuela, Kid Danger se encargó que ella llegara a su casa sana y salva con la excusa de "Ellos conoce tu hermosa cara" aunque fue terrorífico escuchar eso, no evitó que las mejillas de la pálida chica se sonrojaran.
Desde ese día, sus conversaciones o visitas a su habitación se hacían constantes.
Aunque Brooklyn sentía algo raro, sentía que lo conocía.
—Brooklyn—Llama el enmascara, sacándola de sus pensamientos— No se como decirte esto, pero tengo que irme. Hay una emergencia y realmente n...
—Está bien—Interrumpe la pelinegra con una sonrisa comprensiva, no podía enojarse por eso, era tonto si lo hacía—Lo entiendo, solo ve, no quieres que Captain Man se enoje—se burla y el rubio asiente antes de salir corriendo del lugar, no sin antes despedirse de Brooklyn dándole un corto beso en la frente.
Más sushi para mi, piensa.
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—¿Para que necesitas tantas muñecas fresno, Pips?—Cuestiona la adolescente, comiendo otro de sushi mientras miraba a su rubia hacer otro pedido de las muñecas.
