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Dos sábados más y cumpliría su saldo de castigos con la señorita Shappen, definitivamente tratar de quemar el salón de ciencias solo porque los gusanos escaparon de sus jaulas no fueron la mejor opción.
Ahora, Brooklyn pagaba sus propias consecuencias.
Solo tenía el reconfortante descanso, que era el tiempo perfecto para salir del aula antes de regresar su cárcel de fin de semana.
Sin embargo, ese tiempo acabo hace diez minutos exactamente, y tenía que seguir soportando los ronquidos de la profesora, incluyendo el ruido de las tres personas que estaban en el mismo castigo.
Pero si era sincera, por ahora, prefería pasar su sábado ahí; antes que estar en la ManCave donde estaba Henry.
A este paso, si nadie sospechaba de su incomodidad cuando el rubio estaba presente, entonces debía ser una buena actriz.
Al parecer, lo era, porque ni siquiera Piper se atrevió a preguntarle sobre el tema, ella solo se dedicaba hacerla la vida a su hermana más dura cuando no estaba Brooklyn presente.
Porque conocía a su amiga; y por esa misma razón sabía que Brooklyn aún seguía lastimada, y no quería lastimarla más presionándola al preguntarle, en su tiempo la argentina le diría como se siente; aunque ella ya lo supiese.
—Pss... ojos lindos—Escucha a su lado, y frunce el ceño y algo de pesadez voltea para mirar a la persona que la llamaba—Llevas semanas aquí y sigues sin hablarnos, ¿Te caigo mal?
Brooklyn levanta una ceja y niega; por supuesto que no, pero prefería estar en silencio o usando su teléfono antes que estar lanzándose papeles o pegando chicles en las mesas de las sillas.
—Como sea, chica callada—Vuelve hablar la adolescente con ropa oscura, Brook rueda sus ojos, no es como si no supiera su nombre.
Ella sabía los suyos.
—¿Si?
—¿Tú y el raro rubio, ya sabes... siguen?—Pregunta tímidamente, y Brooklyn levanta sus cejas curiosamente
La argentina se aclara la garganta antes de modular alguna respuesta hacía la pelirroja a un lado de ella.
—No es que a mi me interese, Big G es novio—Señala hacia una esquina donde un chico delgado le dibujaba algo en el brazo a otra chica, que parecía ser su amiga
