42.La mentira es la forma más simple de autodefensa.

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Sabíamos que nuestras ansias nos estaba pudiendo, entre más me enredaba con sus besos, más ganas tenía de hacerle el amor.

Sin embargo, era un paso definitivo que no estaba seguro si ella querría, tenía demasiado miedo al rechazo, y vivía en un estado de contención por no subirle la falda.

Ella me mira, y siento que algo no marcha bien.

—Sucede algo Hye Sun.

—No, nada, es que...

A pesar de mi excitación, para mí es más importante que se sienta bien, no quiero que luego se arrepienta.

—Si quieres parar, lo hacemos.

—Puede uno sentirse bien a pesar de que sepas que estás haciendo algo malo...

Oh mierda, se está arrepintiendo, opto por subirle el sujetador y cerrarle la camisa.

—Hye Sun, no somos responsables de nuestras emociones, pero sí de lo que hacemos con ellas.

No me esperaba que me abrazara, su tristeza me traspasa, estuve evitando por todos los medios que esto no pasara, aún es demasiado joven para afrontar la culpa de sus actos.

No está preparada.

—Usted no lo entiende...

—Claro que lo entiendo, te preguntas cómo has llegado hasta aquí y te sientes mal por tu novio, —le digo levantando su mentón — Hye Sun, no te tortures más, no podemos borrar lo que hemos hecho, pero sí evitar que vuelva a repetirse

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—Claro que lo entiendo, te preguntas cómo has llegado hasta aquí y te sientes mal por tu novio, —le digo levantando su mentón — Hye Sun, no te tortures más, no podemos borrar lo que hemos hecho, pero sí evitar que vuelva a repetirse.

Ella se separa de mí bruscamente, me mira desconcertada, y hasta sus ojos brillan con tal intensidad que me perturba.

—¡No! ¡No tiene ni idea de cómo me siento!

Me sorprende de que me grite de esa manera, estaba claro que lo mejor que podíamos hacer era irnos de este lugar, me arreglo la camisa y recojo mi móvil.

De pronto, un ruido exterior nos alerta, no sabría decir exactamente qué era, pero mi reacción fue mirar hacia la ventana, me acerco allá pero está demasiado alto, arrastro la mesa y me subo a ella, con el móvil ilumino exterior, pero no veo a nadie.

—Tal vez fuese un gato callejero —le comento restándole importancia, pero creo que ella no piensa igual, le veo muy nerviosa y aprieta con las manos sus brazos —venga, será mejor que salgamos, dime dónde quieres que te lleve.

—No hace falta, me quedo aquí.

Ni de coña iba a dejarla sola en un lugar tan tétrico, le insisto pero ahora mismo está claro que quiere que me aleje de ella.

Me duele verla así, y sé que mi presencia le hace daño.

Me duele verla así, y sé que mi presencia le hace daño

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⏰ Last updated: Sep 17, 2022 ⏰

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