Capítulo 25. Mele Kalikimaka

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—Dios lo siento, no quise lastimarte —dijo ella— ¿te dolió cuando te agarre?

Y el niño asintió aun llorando pero sin emitir sonido.

—Ok, lo lamento de nuevo. Escucha, no quiero hacerte daño, no voy hacerte daño mira: —dijo ella y saco su placa— soy policía, voy ayudarte ¿sí? Estas lastimado y puede ser peor. ¿Me dejas ayudarte?

El niño asintió de nuevo y comenzó a limpiar sus lágrimas.

— ¿Te importaría que fuésemos juntos a un hospital o quieres que lo hagamos solo nosotros? —y el pequeño negó con la cabeza, lo que para Diane fue una luz verde para llevarlo al médico.

—Pero no vamos a dejarlo ahí ¿verdad? El también necesita ayuda —dijo el pequeño entre sollozos.

—No, no... Lo llevaremos con nosotros. Hazme un favor, sostén esto: —Y Diane le dio un pequeño monedero y su placa— yo iré por el ¿de acuerdo? ¿Cuál es tu nombre? No te lo he siquiera preguntado. Lo siento, mi nombre es Diane.

—El mío Austin. Austin North —respondió el niño.

—Un gusto Austin, que bueno que me detuve en esta gasolinera —dijo ella mas para sí que para él— ahora voy a subir por nuestro amigo. ¿Tiene nombre?

Afortunadamente el gato no estaba tan lejos y Diane pudo escalar el árbol sin necesitar mayor esfuerzo.

—No, aun no —contesto Austin.

—Bueno, ya pensaremos en uno —le dijo Diane cuando ya estuvo en el suelo de nuevo y con el gatito en la mano—. Ahora ven, vayamos al auto.

Diane no había dicho nada más desde que el pequeño entro al auto e iba muy concentrado haciéndole cariños y hablando con el gatito, pero por su mente habían miles de preguntas, y aunque una de ellas logro decírselas a Austin, este no quiso responderla. Y era sobre porque estaba en el parque y donde estaban sus padres.

Diane estaba muy lejos de algún suburbio cerca, por lo que podía pensar que el chico había sido abandonado, o tal vez no... Pero sea como fuese la historia, era bastante extraño que un niño de su edad estuviese solo en ese lugar.

...

Entretanto, del otro lado de la isla estaban Steve y Danny eligiendo un árbol de navidad.

—Así que tú y Diane están viviendo juntos —dice Danny mirando un pino que había llamado su atención en la tienda improvisada que había hecho un local en Waikiki.

—Sí, así es. Hace dos semanas que estamos viviendo en mi casa —respondió Steve.

— ¿Cómo es que eso paso? Es decir, hace unos meses ustedes dos podrían asesinarse juntos en la misma habitación, y ahora de la nada están viviendo su idílico romance.

—Gracias por recordarme eso, suena más a un reproche.

—No lo es —Dice Danny—, de verdad de que no. Estoy feliz por ustedes, en especial por ti, hace tiempo que no veía la estúpida cara que pones cuando alguien te gusta. Y también por ella, creo que no lo esperaba pero lo tomo bien, se nota en paz; y eso es genial.

—Y eso suena como a una burla —dice Steve y Danny solo niega con su cabeza. Steve estaba malinterpretando todo.

—No es una burla pero...

—Y aquí viene un pero. —interrumpe Steve. — ¿Pero?

—Pero —continua Danny—, ¿Te has puesto a pensar que la Diane con la que estás viviendo es completamente diferente a la que conociste? Es decir, esta Diane no recuerda nada de lo que paso entre ustedes. ¿Qué si un día recuerda todos los horrores que ustedes se hicieron el uno al otro?

Hawaii Five-0Where stories live. Discover now