εριѕο∂ιοѕ |ᵉˣᵉᵠᵘⁱᵉˡ ᶻᵉᵇᵃˡˡᵒˢ ° ᵗᵉʳᵐⁱⁿᵃᵈᵃ

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┌┘αgυѕτιиα└┐

📍 𝙱𝚞𝚎𝚗𝚘𝚜 𝙰𝚒𝚛𝚎𝚜, 𝙰𝚛𝚐𝚎𝚗𝚝𝚒𝚗𝚊.
15 𝚍𝚎 𝚊𝚐𝚘𝚜𝚝𝚘 2020

Estoy en el supermercado con Selena. Resulta que nos ocultaron el embarazo por cuatro meses, CUATRO MESES, su pancita estaba hermosa.

— ¿tenes qué comprar algo vos?. –me mira.

— no, vamos hacer la fila nomas.

Caminamos hasta la fila, agarré unos chocolates y los metí al carrito.

— ¿todo bien con Exequiel?. –me mira.

— si, estamos bien. –sonreí.

Y era verdad, estás semanas fueron las mejores, no peleamos, nada.
Salimos del supermercado y caminamos hasta el auto, Gonzalo nos estaba esperando.

— dos horas. –se ríe.

— tu mujer no se decidía. –lo mire mal.

— hola mi amor, te extrañé. –le da un beso.

Mire para otro lado, así de empalagosos eran, pero los amamos.
Llegamos a casa, Selena se estaba mudando con él lo peor de todo.

— ¿por qué te la llevas?. –lo mire.

— no te vas a despertar con gritos, pensa el lado bueno. –me mira.

— voy ayudarle hacer sus maletas.

Fui corriendo para la habitación de Selena.. a lo último medio que me maree, pero seguramente fue porque me levanté rápido.

Le ayude a guardar su ropa.

— ahora este top no lo vas a poder usar. –la mire.

— ¡Agustina!. –me mira.

— mira, me queda hermoso. –me lo probé.

— estás rara. –me mira. No se.

— si ya se, mañana empiezo el gym, no mentira no quiero levantarme temprano.

Estaba rara, ahora quería hablar con todo el mundo. Pero después me agarraba la locura de no querer hablar con nadie y ponerme triste.

Al ir a la cocina, vi que había llegado Exequiel.

— mi amor. –le di un beso. ¿Cuándo llegaste?.

— recién, me quedé hablando con el descendido. –me da un beso. ¡no juego más!.

Gonzalo iba hablar y se quedó callado.

— cagon. –lo miró mal. ¿¡Sele te falta mucho!?.

— no grites que me va a doler la cabeza. –lo rete.

Empecé a preparar los mates.
Gonzalo y Selena se terminaron yendo, me quedé tomando mates con Exequiel nomas.

Agarré unas galletitas y las comí con casamcrem, riquísimo.

— que linda que estás. –me da un beso.

— te amo. –le sonreí.

Había dulce de leche también. Me senté en su falda con una cuchara le pinté los labios con dulce de leche.

— ¿qué haces?. –se ríe.

— cállate mi amor.

Sonreí para después darle un beso. Si...puede que hayamos quedado todos manchados, pero es hermoso, no pido más.

— te amo mi chango. –le di un beso.

— te amo mi Tina.

No puedo ser... cada día me enamoró más de él, en cada momento.

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— ¿qué podemos comer?. –se acuesta encima mío.

— tengo ganas de comer un sándwich de lomito. –me sente en la cama. ¿Pedimos?.

— bueno mi amor, ahora llamó ¿tus amigas?.

— que pregunta. –me reí. Melanie vive con Lucas, Ornella prácticamente también con Julián, Diana, Diana se fue con Taborda, Celeste viene cuando quiere, en fin, todas gobernadas.

— me dejan sin amigos así. –se cruza de brazos.

— pedí, voy a fumar. –me levante.

— no. –me agarró la mano. ¿Por qué no dejas un toqué el pucho y el porro? No es algo que hace bien.

— cuando yo quiera dejarlo, lo voy a dejar. –le agarré la cara. No te preocupes.

— solamente quiero ayudarte.

— te amo.

Le di un beso, me senté en la ventana de siempre y prendí el porro. Me quedé mirando la calle, estaba todo normal.

De un momento a otro me empecé a marear, pero marear feo, puta madre, una seca le di como para que ya me pegue.

— ya pedí la comida. –viene Exequiel. ¿Estás bien?.

— sí.. sí esta todo bien.

Me agarró la mano y me ayudó a bajar, lo mire... me estaba mirando preocupado.

— ¿estás comiendo bien? Estás pálida amor.

— si, me dio frio nomas.

Caminé hasta la sala para tirarme al sillón, Exequiel se acostó en mi pecho dejando su mano en mi panza. Empezó a rodear mi tatuaje con sus dedos, se me estaba haciendo demasiado tierno, lo amo.

— me vuelven locos tus tatuajes ¿sabías?. –me da un beso en el tatuaje.

Me sentí nerviosa al ver que le había dado un beso cerca de mi panza, salí.

— tus tatuajes en el cuello también me tienen bastante loquita. –le di un beso.

— sos el amor de mi vida Agus.