Capítulo 20: Parte 2

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En realidad, él también tenía sus propias interrogantes.

«¿Cuál es el propósito de todo esto?», se preguntaba el príncipe en su interior, «Si un amor prohibido trajo la perdición, entonces, ¿Por qué reencarné para vivir lo mismo?»

El príncipe no pudo obtener información sobre la canción, pues, la niña era demasiado tímida como para hablar demasiado e insistir en el tema con preguntas a una menor no lo veía correcto. Al final, se mantuvo en silencio, haciéndole compañía en el gazebo y permitiéndole tomar distancia de él, mientras observaban el juego de los demás infantes.

No paraba de pensar en la melodía y de repetir los pocos versos escuchados en su cabeza.

«Y, si el tiempo lo querrá volveré hacia ti, por la promesa que nos unió; el destino no puede ser cruel y ruin, para impedir nuestro encuentro en el eclipse. Sol y Luna volverán a reunirse, en un mañana donde el odio no domine»

—¿Nuestro eclipse? ¿Dónde el odio no domine? ¿La amaba o la odiaba? —Murmuró frustrado, luego, suspiró— Tengo más dudas que respuestas ahora.

—Juego —susurró Marie, tal cual, si lo hubiera oído.

—¿Uhm?

—Es la leyenda.

—¿La leyenda?

La niña asintió.

—No querían guerra.

—No querían una guerra... Entonces, ¿Qué deseaban?

—Un Eclipse.

«¿Se referirá al Imperio? Claro, se formó después de la tragedia de Ionix. En resumen, ellos buscaban formar una nación sin rivalidad ni odio»

—Algo salió mal —continuó la chiquilla.

—¿Qué pasó?

—Murieron.

Archibald no supo qué decir. La menor pronunciaba máximo cuatro palabras y, por ende, se le dificultaba unir las piezas; sin embargo, quizás podría obtener algo si ponía su esfuerzo en relacionar la canción con sus respuestas.

Antes de la caída de Ionix hubo sucesos inesperados: Una revolución y la invasión de Chaos.

¿Los trágicos amantes invadieron el continente con Chaos y por eso ellos trajeron la ruina? Pero, ¿Por qué lo harían? Se supone que eran los líderes de los Chiari's Guards. Tal vez, se trataba de dos acontecimientos ajenos, aunque, ocurrieron al mismo tiempo.

Por alguna extraña razón, el joven sintió un nudo en la garganta. Cabía la posibilidad de que sus teorías fuera ciertas, así como incorrectas. De todos modos, lo invadió una pesadez por la canción, pues, según esta planeaban separarse y volver a encontrarse en el eclipse; pero, posiblemente, al final eso jamás pasó.

Sol y Luna no se volvieron a ver hasta después de mil años, pero, viviendo como otras personas y sin recordar nada.

«El destino no puede ser cruel y ruin», esa frase hizo eco en su mente. De pronto quería llorar, la nostalgia y tristeza llegaron sin esperarlo. Le dolía el alma si se imaginaba haciendo tales promesas a Julie, mas, nunca cumpliéndolas. Era doloroso pensar en ella anhelado un reencuentro imposible. Incluso en ese momento tal vez tenía ganas de verlo, pero, no podía a causa de los restos de corrupción ¿Qué tal si salía algo mal en el proceso de purificación y jamás volvía a toparla con vida?

No, no soportaba la idea siquiera.

—¿Estás bien? —preguntó Marie tras interrumpir sus pensamientos.

Descendientes EternosTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon