SEIS

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—Lo siento mucho. Espero que tu agente literario no te obligue a hacer un personaje de mí; sería fatal para tu carrera.

—¿Te conozco desde hace más de cuatro años y no te das cuenta de que te he usado en varias ocasiones para mis personajes? Eso demuestra que no me lees.

—¡Ay, perdón! Empiezo las novelas, sí. ¡Y me gustan! Logré terminar una de ellas.

—Me has dado tu opinión de al menos un par de ellas. ¿Leíste esas opiniones en algún foro?

—Morti las leía... —suelta Luci con aires culpables.

—¡Y luego te las resumía! Lo sé desde el principio. ¿Crees que me fastidia? Ni por asomo.

Como ves, no serías la única persona en dejar de leer una novela mía. Es la manera en que se lee hoy en día. Un poco de noticias, un artículo de interés, un capítulo al azar de un libro de autoayuda, un capítulo inicial de una novela al azar que está condenada a ser cerrada para siempre si no engancha desde el principio, todo porque hay otras distracciones más en el listado inacabable de distracciones.

En fin, suficiente acerca de mis motivaciones; volvamos a lo nuestro.

—Algo me querías decir de Morti. Me encantaría saber, por ejemplo, por qué no viajó a Tailandia.

—Me gustaría conocer sus razones, pero no me las dio personalmente.

—Debe estar escondido en su madriguera con sus padres...

Dejaré de escuchar a Luci. Escúchala tú si quieres mientras se ensaña con sus ex suegros. Solo ahora me viene a la cabeza un detalle que vengo pasando por alto desde que llegamos.

—¿Qué día quebraron?

—¿Tampoco te ha dicho eso? ¿Sois amigos o qué? No me explico cómo hacéis para evitar hablar de estas cosas.

—La verdad es que... no hemos tenido ocasión. Por eso necesito saber qué día quebraron.

—Hombres... ¡Esto es algo que deberías hablar con él!

—Como si pudiera.

—¿Qué quieres decir?

—Digo que lo haría si pudiera, pero todavía no se ha dado la ocasión. Ya, Luci, perdemos la paciencia.

Luci se concentra arrugando la nariz como una ardilla. Cuenta con sus dedos, aunque creo que es su manera de no revelar que tiene el día del quiebre tan presente como el tatuaje de un corazón con el lema «IN LUCE ET IN MORTE», el cual fue un intento de unir las frases «LUX ET TENEBRAE» con «IN VITA ET IN MORTE», tal y como me lo expresó Luci tras inaugurar su antebrazo tatuado. ¿Sobra mencionar que la idea nació del parecido de sus nombres con Lucifer y con Muerte, respectivamente? ¿Es el nombre de mi amigo una advertencia de su suerte? Aunque, a decir verdad, tarde o temprano todos compartiremos el mismo final.

Otros tatuajes eran anteriores, como el del pescado (Luci es veggie) o el de su fecha de nacimiento en número romanos. Tiene otros conocidos solo por mi amigo, quien me los refirió episódicamente.

—Fue el martes de la semana pasada. ¡Sí, martes!

—¿No fueron al cine el miércoles?

Recuerdo bien que esa era la fecha indicada en las entradas que encontramos entre las pertenencias del cadáver. Luci me mira con la cara que solemos poner cuando nos hablan seriamente en un idioma desconocido.

—¿Por qué iría al cine con mi... ex? —Le cuesta formular la palabra, incluso aunque esté compuesta por dos míseras letras.

—Eso mismo es lo que me pregunto yo. ¿Por qué?

—¿Insinúas que Morti fue al cine con alguien más?

—De ser así, ¿con quién sería?

—¡O sea que fue al cine con alguien más!

Pude querer ir demasiado lejos. Metí la pata, aunque creo estar en condición de enmendar el daño.

—No es eso, Luci. Encontré dos entradas, pero no las llegó a usar. Supongo que querría ir contigo.

Estoy mintiendo, naturalmente. Lo peor es que Luci conoce mi expresión de mentiroso. A estas alturas es probable que esté familiarizada con ella. Afortunadamente, un pensamiento infame se genera en su cerebro. Ignora las señas de mi mentira para concentrarse en su idea, porque la misma parece consumir muchas de sus neuronas.

—¡Eso significa que te las pasó en algún momento y que vienes aquí enviado por él!

Mierda, mi fortuna se acaba de torcer. Esa es una idea brillante... y certera.

—Ah, ¿cómo te lo digo?

—¿Quiere volver conmigo? ¿Es eso?

—Hum... Es imposible saber si es eso lo que querría.

—Entonces quiere volver conmigo. ¡Está claro! Ahora, por lo que más quieras, ¿me puedes decir por qué tu agente literario tiene que estar aquí con nosotros? ¿Es esto una especie de entrevista? ¿Es de este modo como trabajas?

Creo que cruzamos miradas al mismo tiempo. Identifico la mirada cómplice cuando la veo. Sí, esto en lo que estamos metidos se llama complicidad. Cuánto me gustaría que se lo dijeras tú, pero creo que me corresponde a mí decírselo.

—Luci, Morti no viajó. Está desaparecido. Eso es todo cuanto sé.

No me atrevo a soltarle la verdad. ¡Imagínate a la pobre Luci!


ENTRAMADOS POR UN CADÁVERWhere stories live. Discover now