—Ahora se hace el interesante, como es mortífago considera que esto son pasatiempos de críos... —comentó burlona— ¡Eh, mira, la profesora de Arte! Voy a darle las gracias, me ha recomendado para un trabajo en la Galería de Retratos.

A la profesora de arte Bellatrix no la conocía, pero a Slughorn y a Vector que charlaban sin dejar de beber sí. "Vaya... Los profesores son humanos, tienen hobbys reales y vida fuera del colegio..." pensó sorprendida. No fueron las únicas caras conocidas. Una rubia que no dejaba de observarlo todo se acercó a ella. Bellatrix se apoyó en la barra para seguir bebiendo y Rita Skeeter se colocó a su lado.

—¿Qué tal va la cosa? —preguntó Bellatrix.

—Estupendamente. Provisionalmente, de Sociedad se encarga la jefa de Cultura y como esa sección no le interesa, prácticamente me deja ocuparme a mí. Se fía de mi criterio, así que estoy encantada.

—Me alegro. ¿Os han dicho algo nuevo de Page?

—Es noticia pasada, ya nadie se acuerda de él —respondió Rita con un gesto despectivo—. En un periódico enseguida pasamos página.

—¿Y estás aquí por trabajo?

—Sí, he venido a ver qué caras conocidas hay, por si me entero de algún cotilleo... Y si no me entero, me lo inventaré.

—Ese es el espíritu —convino Bellatrix.

—Me han asignado hasta un fotógrafo, mira es ese, me lo llevo a todas partes, ¡es divino!

A Bellatrix le hizo gracia que hablase del fotógrafo como un complemento más. Rita le dio las gracias de nuevo y se despidió para seguir husmeando. La morena se terminó su segundo whisky y buscó a Eleanor. No estaba lejos, pero se había deshecho de su pareja y miraba embobada hacia otra de las barras. Bellatrix siguió el rumbo de su mirada y vio a un mago bastante apuesto tratando —sin éxito— de invitar a una chica a una copa. Bellatrix se acercó a su amiga y susurró en su oído:

—¿Ese te gusta?

Eleanor negó con la cabeza y se inclinó también sobre su oído.

—Me gusta ella.

Bellatrix examinó a la chica, que definitivamente había declinado la copa. Tenía el pelo de un rojo brillante y la piel muy pálida, llevaba un vestido ajustado algo anticuado que aún así le sentaba bien. No le pareció mal, pero notó algo extraño en ella. Pronto comprendió qué era.

—Nellie, esa chica no es bruja.

—¿Qué? —preguntó Eleanor riendo— ¡Qué va a ser! ¿Muggle? No pueden entrar aquí, la puerta se bloquea.

Su amiga negó con la cabeza.

—Vampira —susurró.

—¿Cómo lo sabes?

—Su aura mágica. En los vampiros es diferente.

—¡Hala! ¿Cómo lo distingues?

—Estudiando mucho.

—Bah, no merece la pena —decidió Eleanor—. ¡Entonces mejor! En los vampiros la bisexualidad es muy común y yo siempre he querido estar con uno, dicen que es mucho más intenso.

Bellatrix no lo tenía tan claro. Los vampiros no eran de las especies que peor le caían, pero aún así desconfiaba de ellos. Eleanor también debía estar meditando, porque no daba el paso para acercarse.

—Parece muy triste...

—Y muy borracha —apuntó Bellatrix que distinguía los síntomas.

—¿Crees que no le gustaré? —preguntó Eleanor empezando a dudar.

El profesor y la mortífagaOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz