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Primer lugar: Park Jimin.

Y entonces parecía que mi alma había abandonado mi cuerpo en un solo segundo.

Porque sí, fantaseaba con ganar, pero una cosa es un sueño o fantasía y otra muy distinta es la realidad.

Entre en un estado de shock, del cual ni siquiera Jin llamándome con una sonrisa desde el podium en el segundo lugar podía sacarme. ¿Realmente yo era el primer lugar de todo Corea?

No fue si no hasta que gire mi cabeza para observar a la directora de la escuela y a Yoongi de pie en la primera hilera de asientos detrás nuestra, aplaudiendo con euforia y con una sonrisa en los labios. Ahí fue cuando reaccione: Soy el primer lugar del concurso.

Luces, aplausos, felicitaciones e incluso un trofeo de cristal templado con mi logro grabado en él. Eso fue lo que recibí.

Y claramente esta no sería una celebración sin un buen regalo de parte de mi papi.

— Cariño...

Esa era la voz de Yoongi llamándome, justo después de cerrar la puerta del camerino en donde estaba.

Jin y mis demás compañeros, incluida Eunha, habían abandonado el lugar, habían recogido todas sus pertenencias y yo había demorado en bajar del escenario entre los aplausos y felicitaciones. Ahora yo me encontraba de espaldas a la puerta, introduciendo mis pertenencias en mi bolso, una libreta, una botella de agua y una gabardina con la que planeaba cubrirme del frío si es que llegara a necesitarlo. Pero en cuanto escuche la puerta cerrarse, yo deje mis cosas para girarme a ver a Yoongi.

Su sonrisa era enorme, enorme y preciosa. Brillaba y tenía ese destello de "orgullo" escrito en todas partes. Él abrió sus brazos y yo corrí de inmediato para lanzarme a ellos de un brinco. Me atrapó, porque él siempre me atrapa, siempre me sostiene y siempre me levanta.

— Papi, papi, papi... — Le tomé de las mejillas, juntando nuestras frentes y sonriendo, lo llame una y dos y tras veces hasta que un par de lágrimas salieron rodando por mis mejillas.

Yo nunca había llorado de felicidad. Ni siquiera cuando papi me regalo a copito.

Yoongi me elevo ligeramente, aún por encima del suelo. Sosteniéndose tan fuerte con sus brazos debajo de mis glúteos y entonces, en mi dedo pulgar, sentí húmedo. Él también estaba llorando.

— Felicidades, cariño. Lo hiciste increíble, yo nunca... nunca había escuchado algo así.

Y yo podía sentir a través de sus palabras la honestidad que cargaban. Nunca dudaría de él, pero esto se sentía en un plano tan distinto. Él no lo decía porque yo le resultará atrayente o porque quería follar conmigo, él lo decía porque realmente esta enamorado de mi voz.

Sus brazos me apretujaron un tanto más, aferrándose a mi, juntando nuestros cuerpos con fuerza que era tanta como los latidos de mi corazón. Nuestros ojos se encontraron y a pesar de las lágrimas en nuestros ojos una sonrisa enorme se trazo en nuestros labios.

— Este es el primero de muchos logros más.

Eso dijo, y yo sentía sus palabras tatuarse en mi piel, en todo mi ser y en el destino que quería para mí.

Y entonces llamaron a la puerta.

— ¡Cariño, felicidades! — Mi madre entró y me abrazo de inmediato, Yoongi permanecia dentro de la habitación, detrás mío y con los brazos cruzados acompañados de una sonrisa cargada de orgullo. — Profesor Min, este logro fue gracias a su trabajo arduo con nuestro hijo. — Mi madre hablo después de soltarme del abrazo y se inclinó frente a Yoongi.— Por favor, acepte ir a cenar con nosotros el día de mañana antes de abandonar la isla.

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