.

2.3K 260 92
                                    

— ¡Papi, papi papi!

Esta vez comencé a gritar con fuerza a penas había abierto bien los ojos y me había encontrado con mi habitación completamente sola y vacia, con la luz apagada y sobretodo sin mi papi ahí.

— ¡Papi! — Grité de nuevo, después de tallarme los ojos con fuerza, y abrazando a copito contra mi.

— shhh, shhh, cariño, aquí estoy.

Entonces Yoongi entró por la puerta, encendiendo las luces y acercándose a mi cuna, en donde seguía recostado y con los labios abultados, a punto de llorar.

Yo odio cuando Yoongi me deja solo. No me gusta pensar en estar sin Yoongi dentro de mi habitación, no es nada agradable. Me aterra y tengo miedo de imaginarme así, sin sus cuidados, sin su cariño, sin sus atenciones, sin su sola presencia. No puedo mirarme con alguien más que no sea Yoongi.

— ¡Papi! — estire mis brazos, aún amenazando con llorar y asustado. Le mire a un costado de mi cuna, y el sabía que quería, él siempre sabe que quiero.

Me tomó en brazos de inmediato, con delicadeza y cuidado, aferrándome a su cuerpo y meciéndose de un lado al otro.

— Shhh, cariño, ya pasó, ya pasó. — Susurró en mi oído, mientras yo recostaba mi cabeza en su hombro.

— ¿Por qué me dejaste solo, papi? — Pregunté mientras le abrazaba el cuello con fuerza y él iba caminando hasta la habitación.

— No te he dejado solo, copito estaba contigo. —dijo y yo quería hacer el berrinche aún más grande. Yo ya le he dicho que copito y él son distintos y los quiero a los dos. No es lo mismo.

Yoongi se sentó en el filo de la cama de la habitación, y yo seguía en su regazo, sentado sobre sus muslos y abultando sus labios.

— ¿Dónde estabas papi?

Yo no soy una persona precisamente controladora. Me gusta tener todo bajo control, pero no a costa de los demás. Así que no, no es que quiera que Yoongi me reporte qué hace, cuándo lo hace o cómo lo hace. Simplemente quería saber que había sido tan importante como para dejarme solo en mi habitación. Sin él. Sin su mano sosteniendo mi mano.

— Estaba revisando los trabajos de tus compañeros. — respondió sin dudar con una sonrisa, acariciando mi cabello.— Que lindo te ves cuando despiertas.

Yo seguía en mi rabieta de niño pequeño, así que simplemente me recosté en su hombro y tome una de sus manos que rodeaba mi cintura para dejarla sobre mis glúteos. Yoongi presionó, porque sabía lo que quería.

— Papi... — Jadeé bajo mientras movía mis caderas lentamente, pero con insistencia.

— Lo sé, cariño, lo sé. — respondió a mi llamado de manera comprensiva, mientras sujetaba con ambas manos mis glúteos y los masajeaba la par que movía mis caderas.

Mi enterizo era de los que no contaban con ningún tipo de tela en las piernas, como los mamelucos que mi papi a veces me compraba, era más una tela que cubría mis bragas y listo, así que Yoongi no tuvo ninguna dificultad en deslizar sus manos debajo de la tela para tocar directamente mi piel.

— ¿En donde quieres que te haga gemir hoy, mi amor? — cuando Yoongi lo preguntó así de directo, un escalofrío recorrió mi espalda.

Yo sabía exactamente en donde quería estar, pero la verdad es que admitirlo me costaba un poco de trabajo, así que simplemente me acerque a su oído para susurrar como pequeño secreto el lugar en donde me moría de ganas por qué Yoongi me tomara. Todo se había acomodado perfectamente para cumplir una de mis fantasías que mentalmente trataba de callar, porque si lo preguntan, me sentí realmente sucio.

• I love your VOICE and your MOANS •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora