53|Si puedes soñarlo, puedes lograrlo si te esfuerzas

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El silencio entre Lizzy y yo fue inquietante. Abby y Emma, en cambio, hablaron con Katherine y Jasmine. Bueno, Abby fue quien habló más con ellas, pues Tyler le sacó conversación a Emma; hablaron como si fueran amigos desde siempre. Seguro que Ty lo hizo porque Jasmine integró a su novio en algunas ocasiones. Lizzy rio al ver a Emma carcajeando gracias a Tyler. Me descubrió mirándola y me observó. Sus ojos grises centelleaban.

Extendí los dedos sin pensarlo y le tanteé la cadera. Ella se estremeció y se acercó a mí.

—Gallagher, si no estuvieras a mi lado podría jurar que eres algo así como un ente —dijo, medio en broma, medio en serio.

Tracé caricias irregulares en su otra cadera.

—Ya sabes que soy un chico de pocas palabras.

Hizo una mueca, como si mi respuesta no le hubiese gustado, pero lo dejó estar y me preguntó cómo me sentía. Tragué duro. A veces me asustaba lo perceptiva y perspicaz que era. No sabía qué leyó en mis ojos como para dedicarme una sonrisa resplandeciente, pero me encantó verla.

—Me alegra verlos tan contentos, incluso a ti. Sé que quieres esto, chico emo.

El calor que emanó su cuerpo y su perfume me erizaron la piel y, al mismo tiempo, me transmitieron una sensación de familiaridad.

—Sí, quiero hacerlo —murmuré—. Es cierto que amo hacer música y, bueno... —La observé confianzudo—. Ya te dije: ganaré esa apuesta que hicimos hace semanas.

Puso los ojos en blanco.

—No arruines el momento, Gallagher —masculló—. Y eso está por verse...

Le enarqué una ceja y subí los dedos un poco más. Ella tragó saliva. Sonreí complacido por su nerviosismo, pero se me borró tan pronto como ella subió los suyos por mi torso. Le agarré la mano con suavidad y le recorrí los dedos con los míos. Ella sonrió y vio el movimiento.

Los chicos trajeron nuestros pedidos. De repente, un aura cursi envolvió la mesa mientras todos se miraban entre sí y sonreían como si un sinfín de palabras quisieran salir de sus gargantas pero no supieran cómo pronunciarlas.

Ty era la personificación de la felicidad y del orgullo. En los ojos avellanos de Chase también detecté alegría, pero... Conocía ese sentimiento: no podía ser totalmente feliz si no tenía a toda su familia con él.

Una punzada me recorrió el pecho. Mi familia y yo vivíamos en una incertidumbre constante porque no sabíamos cuándo le llegaría el trasplante a Ethan, pero podía salvarse, y el resto de mis seres queridos tenían buena salud. En cambio, la madre y el hermano de Chase no volverían. E Ian hacía tiempo que no veía a su familia y nunca lo habían apoyado con la música.

Sería un momento agridulce para los tres, pero al menos yo podría contarle a mi familia lo que había vivido y seguiría recibiendo su apoyo y su cariño sinceros. Era afortunado por eso.

Miré a Lizzy de refilón; estaba sonriendo con los labios cerrados mientras observaba a Tyler. También era afortunado por tenerla en mi vida.

—Bueno... yo... ¡Esto es más difícil de lo que pensaba! —Tyler se levantó y se frotó el cabello rubio, que casi le llegaba a los hombros, con la mano libre—. Podría matarte por sugerir este estúpido y emotivo brindis, Nicole. —La taladró con la mirada, pero no tardó en mirar su trago con una sonrisa—. Esta banda surgió hace ya varios años. Un día, a Chase y a mí, no sé, se nos ocurrió crearla. ¡Y esa vez que encontré a Gallagher! Supe que el muy idiota tenía un enorme potencial. —Puse los ojos en blanco, aunque reí en voz baja, nostálgico. Ese día, se me habían caído unas hojas sueltas porque iba apresurado y había guardado mi cuaderno en mi mochila como pude. Eran canciones. Tyler me acosó durante días de que aceptara ser el compositor—. Ahora tenemos a Ricky Ricón, también...

¿Una estrella que no se apaga? (Lost Souls #1)Where stories live. Discover now