17|Hyde Park

37 4 4
                                    

2 de octubre de 2015.

Las últimas dos semanas fueron ajetreadas. Hice horas extras en la tienda de música cuando pude y estuve buscando los papeles que necesitaba para firmar el contrato de alquiler del que sería mi nuevo hogar, porque sí, me fue bien cuando Peter y yo visitamos el departamento en Hoxton. Estaba amueblado, tenía un buen tamaño y bastante iluminación. Peter lo consideró un sitio «decente» y era algo que podría pagar.

Además, estuve frecuentando la casa de mi madre para ensayar para el conservatorio. Ethan se estuvo haciendo estudios médicos de rutina para controlar el funcionamiento de sus riñones. No le estaban saliendo bien, pero mamá quería creer que los médicos encontrarían una solución, como siempre.

Yo también quería albergar esa esperanza.

Lizzy y yo también nos juntamos en el conservatorio a ensayar los lunes, después de la clase de Piano, y los miércoles. La visualización de las audiciones, sobre todo la de Piano, continuaba saliéndole fatal y se paralizaba por un momento, aunque no se rendía. Su pierna izquierda estaba cobrando más fuerza, de a poco, pero seguía teniendo dolores.

♪♪♪

Hannah había creado un grupo de WhatsApp en el que estábamos Tyler, Lizzy, el resto de las chicas y yo. Participaba un rato cuando Tyler me mencionaba en un sinfín de mensajes y tenía discusiones en broma con él y Lizzy, pero no se comparaban a las que tenían ellos. No era peleadora e ingeniosa solo conmigo.

Habían estado organizando salir a dar una vuelta por la ciudad para que Hannah y Jasmine la conocieran mejor. Tyler, como era de esperarse, me insistió para que los acompañara porque «necesitaba darme un respiro», siempre me decía lo mismo. Terminé dándole la razón en mi fuero interno.

Lizzy apretó los párpados y dio un grito ahogado cuando la asusté con un «¡buh!», a su espalda. Protestó con el ceño fruncido. Aplané los labios para no reír. Aunque estábamos pasando más tiempo juntos, todavía no sabía cómo relacionarme con Lizzy, por eso me costó besarle la mejilla, como habría hecho cualquier persona. Me sonrió de lado, más tranquila, cuando mis labios rozaron su mejilla.

—Es divertido verte enojada —me mofé, y me paré a su lado—. ¿Vamos? Los chicos nos están esperando afuera.

Conversamos de nuestras clases, intercambiamos conocimientos y pactamos cuándo serían nuestros próximos ensayos. También le pregunté cómo iba con las prácticas en su casa. Hizo una mueca y, después de unos segundos, me dijo que bien, y su buen humor decayó un poco. El miércoles de esa semana no habíamos ensayado porque estaba dolorida.

Las chicas y Ty estaban guardando algunas cosas en el baúl del coche de él. Nos saludaron a lo lejos.

Finalmente llegamos hasta donde había estacionado mi auto. Abrí la puerta del copiloto. Lizzy me agradeció cuando agarré sus bastones y se sentó. Rodeé el frente del coche y me ubiqué en el lado del conductor.

Seguí al coche de Tyler, aunque por el rabillo del ojo vi que Lizzy entrelazó las manos sobre su regazo durante los primeros minutos del viaje y miró por la ventanilla, como si el cambio de estación le encantara. Los árboles estaban perdiendo las hojas y, si las tenían, estaban amarillentas, rojas, naranjas y ocres. Las personas se estaban abrigando más.

No perdí de vista el camino, pero no pude evitar mirarla de tanto en tanto. Parecía disfrutar los pequeños momentos y... lucía cómoda conmigo. Yo también lo estaba.

Se irguió en su lugar. La vi de reojo cuando detuve el auto en un semáforo en rojo y elevé una comisura. Luego cambié la emisora de la radio; me estaban aburriendo las canciones que estaban pasando.

¿Una estrella que no se apaga? (Lost Souls #1)Where stories live. Discover now