Capítulo 32

224 18 41
                                    

Estoy hundida en un mar de emociones vertiginosas, sin posibilidad de poder ver la superficie

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Estoy hundida en un mar de emociones vertiginosas, sin posibilidad de poder ver la superficie. Todo está mal con mi madre. No puedo abrirme a mi padre como antes lo hacía. Cada vez que intento las palabras se estancan en mi boca y no termino diciendo nada. Solo cuento con Edde, pero a ella prefiero no decirle nada.

La situación con Jaffner está en pausa. No lo he visto desde nuestra discusión. Todo parece caerse frente a mis ojos y no hago nada para solucionarlo.

He caído en un foso depresivo del que nunca me he imaginado. Mis acciones son incorrectas, se sienten así. Espero no nublar por completo mi visión y encontrar luz al final del túnel. Pero esto a estas instancias, parece algo imposible.

Pero aquí me encuentro. A dos metros de la puerta de Neville, moviendo los músculos de mi rostro para trazar una sonrisa.

Las hebras rubias de mi amigo son lo primero que logran captar mi atención y me sonríe clavando sus ojos en la ensalada de papa entre mis manos.

— ¡Ensalada de papá! Genial —Neville parece ignorar mi presencia y arrebata el recipiente de mi mano.

—Hola, Arley... Sí, te he extrañado mucho.

—Sí, claro, claro. No interrumpas mi momento con la ensalada ¿la ha hecho tu padre?

—Es su receta, pero la hice con mis manos.

—Tengo miedo entonces —bromea mientras guarda la ensalada en la nevera.

—Vas a tragarte tus palabras.

—Negativo. Voy a tragarme esa ensalada.

—Espero haber llegado a tiempo —pronuncio cuando observo la verdura perfectamente cortada en forma de cubos dentro de tazones de cristal.

—Has sido puntual como siempre, aún la comida no está lista —indica con su nariz retomando una laboriosa tarea de cortar cebolla. Creo que es mejor que me vaya de aquí antes de que me vuelva un mar de lágrimas y que mis ojos comiencen a arder.

— ¿Y estás solo?

—No, en el patio los chicos están encargándose de la carne y creo que he visto a Kalie, no estoy seguro si Samantha ha salido con Raybon por las bebidas —respiro internamente y mis músculos se aflojan cuando no escucho su nombre. Sé que vendría aquí, pero no quisiera tener otra discusión, no aquí.

—Iré a saludarlos —comienzo a sentir el picor en mis ojos y me apresuro a salir, dejando atrás a mi amigo en la mitad de un océano salino.

La música se incrementa en la medida que me acerco a la puerta. Desde mi posición, no puedo ver la barbacoa, pero si puedo sentir el aroma a roble quemándose.

Respiro hondo antes de gesticular mi rostro para sonreír cálidamente.

Mis zapatos tienen contacto con el césped luego de tener el cielo sobre mí y al salir del toldo que recubría mi cabeza todo se vuelve visible. Logro tener una imagen holística del espacio. Y con lo que me encuentro hace que mi estómago se anude. El cabello negro de Raybon es inconfundible con su jopo frondoso y su chaqueta de mezclilla. Brecko, y su chaqueta de cuero también es tan familiar como el primero.

Change This HeartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora