Capítulo 30

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El sonido del motor cesa

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El sonido del motor cesa. A unos metros de enfrentar una situación que he intentado evadir toda la mañana pero de la cual no he tenido salida.

Me odio a mí mismo por estar aquí, pero casi estoy seguro que más odiaría no saber qué mierda está sucediendo con ella. Sé que estoy dejándome llevar por la agitación, pero me siento débil, sin defensas y necesito tener claridad. Necesito saber si lo nuestro en realidad se nos está zafando de las manos.

El postre que mi madre preparó para Arley lo dejaré en el vehículo. Debía meterlo aquí o no querría explicarle el motivo por el cual mi novia no merecería ni la décima parte de su postre de anís. Porque sí, es un hecho que estoy cabreado con ella, aunque no debería. Es mi intento, mi vago intento por trasladar algo de culpa cuando en realidad todo ha sido mi responsabilidad. Desde no informarle lo que quería hacer para nosotros, hasta ausentarme por semanas de su lado.

Intentaré tener calma y fingir que nada ha pasado. Debo simular que nunca existió una cena para ella o que jamás vine por aquí en la noche. No lo diré hasta que no encuentre terreno firme. Debo mentir de la forma más desagradable posible hasta tener seguridad. Debo jugar un papel que no quiero, solo para no perder la cordura y joderlo todo. Porque si algo he entendido en estos meses que han pasado es que la comunicación es la base más firme en cualquier relación humana.

Me enfrento a la entrada de su casa esperando verla, pero lo que vislumbro en mi mente cambia cuando la puerta se abre. Arley no es la persona que se encuentra detrás del marco caoba de madera. Es su padre para mi bendita mala suerte, otra vez.

Odio tener que simular más de la cuenta. Tener que soportar minutos con esta farsa y sonreír. Deseo con lo más profundo de mí ser enfrentar esta situación que pareciera estar comiéndose mi cabeza.

Quiero hablar con Arley, esa es la única certeza y mi único deseo.

—Hoy sí has tenido suerte, Jaffner —animadamente su padre me recibe y con el movimiento de su mano me instruye que pase al interior de la casa.

—Supongo que he aprendido a no confundir los días —me fuerzo a mí mismo por soltar algo que suene jocoso.

—Ella duerme en su habitación, podría llamarla por ti y decirle que has venido —el sonido de la puerta retumba detrás de mí y doy unos pasos en avance.

—No, si no le molesta me gustaría despertarla.

Necesito estar a solas con ella. La conversación que debo tener con Arley no debería escucharla su padre, no quiero que Jonnovan interfiera entre nosotros. No quiero que ningún jodido ser humano se cuele en el medio de nosotros.

—Creo que la que tal vez podría enojarse si la despiertas sería Arley.

—Me imagino, debe estar agotada.

—Quiero suponer lo mismo, ni siquiera la oí llegar.

La risa jocosa del padre de Arley hace que mi cuerpo tiemble. No hay humor, no hay una pizca de humor en mi cuerpo. Estoy preocupado, angustiado y por cada segundo que pasa menos puedo mantener la cordura.

Change This HeartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora