—Cógela —le dijo Scrimgeour.

Harry sabía que no había manera de evitarlo. Extendió su mano y Scrimgeour colocó la Snitch firmemente en su palma. Las alas solo revolotearon un poco cuando Harry cerró su mano alrededor, pero no pasó nada.

—Ha sido muy teatral —dijo Harry con frialdad, haciendo reír a sus tres amigos.

—Bueno, ya está, ¿no? —preguntó Hermione, preparándose para ponerse de pie y marcharse de nuevo, pero Scrimgeour la detuvo.

—No del todo —dijo—. Dumbledore te dejó un segundo legado,Potter.

—¿Qué es? —preguntó Harry con entusiasmo.

—La espada de Godric Gryffindor—dijo sin volver a leer el testamento.

Los cuatro amigos se pusieron rígidos. Faith miró la bolsa morada, dudaba que Scrimgeour la sacara de ahí, y él no parecía tener nada que ver con él.

—¿Dónde está? — preguntó Harry, notando la ausencia de la espada también.

—Por desgracia —dijo Scrimgeour—, Dumbledore no podía disponer de esa espada a su gusto,puesto que es una importante joya histórica y, como tal, pertenece...

—¡Le pertenece a Harry! — Hermione dijo en voz alta. La espada lo eligió, él fue quien la encontró, salió delSombrero Seleccionador y fue...

—Según fuentes históricas fidedignas, la espada puede presentarse ante cualquier miembro respetablede Gryffindor —dijo Scrimgeour—. Pero eso no la convierte en propiedad exclusiva de Potter,independientemente de lo que decidiera Dumbledore. ¿Por qué crees que...?

—¿... que Dumbledore quería regalarme la espada? — preguntó Harry enojado, incapaz de controlar su temperamento. Sintió la mano de Faith en su muslo para calmarlo—. No sé, quizá imaginó que quedaría bien colgada en la pared de mi habitación.

—¡Esto no es ninguna broma, Potter! —Scrimgeour bramó.—¿No sería porque él creía que sólo la espada de GodricGryffindor lograría derrotar al heredero de Slytherin? ¿Quería darte esa espada, Potter, porque estabaconvencido, como creen muchos, de que estás destinado a ser quien destruya a El-que-no-debe-sernombrado?

—Es una teoría interesante —dijo Harry burlonamente—. ¿Ha intentado alguien alguna vez clavarle una espada aVoldemort? Quizá el ministerio debería enviar a alguien a probarlo, en lugar de perder el tiempodesmontando desiluminadores o tratar de que no se sepa nada de las fugas de Azkaban. ¿De modo que esohacía usted, señor ministro, encerrado en su despacho: intentar abrir una snitch? Ha muerto gente, ¿sabe?;yo mismo estuve a punto de morir porque Voldemort me persiguió por tres condados y asesinó a OjolocoMoody... Pero de eso el ministerio no ha dicho ni una palabra, ¿verdad que no? ¡Y encima espera quecooperemos con usted!

—¡Te estás pasando, chico! —Scrimgeour gritó, poniéndose de pie de un salto al igual que Harry. Avanzó cojeando con su varita levantada y la clavó en el pecho de Harry haciendo un pequeño agujero a través de su camisa. Hizo que tanto Ron como Faith saltaran y sacaran sus varitas también, pero Harry los detuvo.

—¡No! ¿Quieres darle una excusa para arrestarnos?— Él dijo.

—Has recordado que ya no estás en el colegio, ¿verdad? —Scrimgeour respiró con dificultad—. Has recordado que yo no soy Dumbledore, que siempre perdonaba tuinsolencia e insubordinación, ¿verdad? ¡Quizá lleves esa cicatriz como si fuera una corona, Potter, peroningún bribonzuelo de diecisiete años me dirá cómo tengo que trabajar! ¡Ya va siendo hora de queaprendas a tener un poco de respeto!

—Es hora de que se lo gane— dijo simplemente Harry.

Oyeron pasos y la puerta se abrió de golpe. El Sr. y la Sra. Weasley y el Sr. y la Sra. Diggory entraron corriendo, asustados al ver a Harry y al Ministro parados frente a frente, temblando de ira.

Faith | Harry James PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora