sesenta y ocho

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—¿Qué tal, Evans? —James dijo de repente con una voz mucho más profunda y madura

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—¿Qué tal, Evans? —James dijo de repente con una voz mucho más profunda y madura.

—Déjalo en paz— repitió Lily. La forma en que miró a James ciertamente no era la mirada que Harry y Faith esperaban que ella mirara. Se casaron y tuvieron a Harry más tarde, después de todo. Pero esta mirada era una mirada de disgusto, gran aversión. —¿Qué te ha hecho?

—Bueno—comenzó James con una sonrisa, —es más como el hecho de que existe, si sabes a qué me refiero ...

Muchos de los estudiantes de los alrededores se rieron, pero algunos ni siquiera prestaron atención. Un niño y una niña se besaban en las sombras de uno de los árboles, algunas niñas de Ravenclaw estaban encantando sus exámenes doblados en aviones de papel para volar, y Remus Lupin todavía estaba enterrado en su libro.

—Crees que eres gracioso— dijo Lily con frialdad. —Pero eres solo un arrogante y acosador, Potter. Déjalo en paz.

—Lo dejaré en paz si sales conmigo, Evans —dijo James rápidamente, como si ya tuviera esa respuesta preparada.—. Vamos, sal conmigo yno volveré a apuntar a Quejicus con mi varita.

Detrás de James, Snape se arrastraba hacia su varita, escupiendo jabón.

—No saldría contigo ni aunque tuviera que elegir entre tú y el calamar gigante — escupió Lily.

—Mala suerte, Cornamenta —dijo Sirius sonriendo mientras se volvía hacia Snape. "¡OI!"

Pero se dio cuenta de que Snape había recuperado su varita demasiado tarde. Snape apuntó con su varita a James y apareció un destello de luz, creando una herida sangrienta en la sien y la mejilla de James. Sangriento salpicó su ropa. Con un segundo destello, James tenía a Snape colgando boca abajo en el aire.

Esto enfureció a Lily.

—¡Bájalo!Ella gritó.

—Como quieras —Con un movimiento de su varita, James dejó que Snape cayera al suelo. Snape trató de desenredarse de su ropa, pero cuando lo hizo, Sirius se apresuró a maldecirlo de nuevo.

—¡Pertrificus Totalus!— Snape se cayó, rígido como una tabla.

—¡DÉJENLO EN PAZ!—Lily gritó en voz alta, sacando su propia varita ahora.

James y Sirius compartieron una mirada, tal vez un poco intimidados.

—Venga, Evans, no me obligues a echarte un maleficio —trató de razonar James con ella.

—¡Pues retírale la maldición!

James suspiró profunda y dramáticamente antes de murmurar la contra maldición.

—Ya está —dijo.—. Has tenido suerte de que Evansestuviera aquí, Quejicus...

Snape volvió a ponerse de pie con una expresión furiosa.

Faith | Harry James PotterWhere stories live. Discover now