Faith | Harry James Potter

dos

Faith sintió como si acabara de dormir cuando Ginny ya la había despertado.

—Despierta, Faith,—susurró Ginny, no queriendo hacer nada tan temprano. Faith gimió mientras le daba la espalda al menor de los Weasley, compartiendo el cansancio de Ginny. —Faith,—Ginny intentó de nuevo y siguió diciendo su nombre hasta que Faith finalmente se sentó, frotándose los ojos. Entonces ella se detuvo de repente.

—Copa del mundo ...— se susurró a sí misma como si acabara de darse cuenta de que la razón por la que se despiertan tan temprano es por el evento fenomenal y una amplia sonrisa se abrió paso lentamente hacia sus labios rosados. Se levantó de un salto y empezó a ponerse la ropa que había dejado en el pie del colchón la noche anterior. Ginny y Hermione se sorprendieron de que esta ardiente chica de cabello castaño tuviera tanta energía por la mañana, mientras que Ginny sabía que era difícil levantarse de la cama por la mañana.

Mientras trataba de ponerse el zapato derecho, Faith saltó de la habitación para bajar las escaleras, dejando atrás a Ginny y Hermione. Tan pronto como se puso el zapato correctamente, corrió escaleras abajo y abrió la puerta, revelando al Sr. Weasley con ropa muggle, a los Gemelos con un tazón de cereal frente a ellos, un Ron somnoliento y un Harry confundido. Todas sus cabezas se volvieron hacia Faith, quien se veía extremadamente feliz. La confusión desapareció del rostro de Harry y fue reemplazada por una pequeña sonrisa causada por la expresión feliz en el rostro de la chica.

—Mira quién está emocionada. —sonrió Fred y Faith le sacó la lengua en respuesta.

—¡Como no lo estaría! —Ella respondió con descaro y le robó el tazón de cereal. Faith se sentó junto a Harry y comenzó a comer.

—¡George! —Dijo la Sra. Weasley bruscamente y todos se sorprendieron. La Sra. Weasley estaba de pie en la puerta con las manos en las caderas y la mano derecha aferrada a su varita. —¿Qué hay en tu bolsillo?

—¡Nada! —George dijo rápidamente con su voz más inocente.

—¡No me mientas! —La Sra. Weasley apuntó su varita al bolsillo de George. —Accio

Varios objetos pequeños de colores brillantes salieron del bolsillo de George. Trató de agarrarlos de vuelta pero falló y todos aterrizaron perfectamente en la mano extendida de la Sra. Weasley.

—¡Les dijimos que los destruyeran! —Dijo furiosa.

Esos eran inconfundiblemente los caramelos longuilinguo.

—Vacíen sus bolsillos, adelante, ¡los dos! —Los Gemelos habían estado tratando de robar la mayor cantidad de dulces posible, pero la Sra. Weasley se las arregló para encontrarlos a todos. Así que, en general, había una atmósfera tensa cuando se marcharon.

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—Bueno, diviértase, —dijo la Sra. Weasley, que no iba con ellos.