♥ Sesenta Y Tres ♥

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Ese incómodo pitido afectó mi audición por un momento, así que fruncí el ceño antes de abrir mis ojos, los cuales se sentían pesados.

Se me dificultaba realizar algún movimiento, incluso mi cabeza dolió al intentar forzar un recuerdo.

Sí, estaba en un hospital.

Desconcertada e importándome poco la jaqueca, hice un gran esfuerzo al recordar lo ocurrido horas antes.

Inútil.

Sólo a mi cabeza viene esa Taehyung, y no sé porqué no puedo pensar en alguien más, seguía estancada en ese momento donde el policía confesó toda la verdad sobre él.

¿Realmente me enojé sólo por eso?

Otro recuerdo golpea mi mente, pero esta vez quedé desconcertada.

6821.

No hay manera de expulsar ese número de mi mente. No sé qué significa y me frustra no conocer el origen de eso.

Sacudí mi cabeza intentando alejar aquellos dígitos, pero la jaqueca aumentó por lo que me detuve en seco, liberando un quejido.

—Aw— llevé mis manos a mi sien, sobándolo suavemente.

La puerta se abrió, así que alcé la mirada para ver de quién se trataba. Cuando visualicé aquel cabello rubio me tranquilicé.

—Are you ok?— me preguntó que si estaba bien.

—Yes, don't worry— sonreí levemente.

Se levantó un momento y salió de la habitación, dejándome desconcertada.

—¿Félix?

De repente entró con una enfermera, quien comprobó mi estado, luego de hacer una reverencia.

—¿Cómo te sientes?

—Bien, sólo me duele la cabeza.

—Puede ser por la anestesia, intenta no sobrecargar tu mente para que no te duela.

—Vale.

La señora observó a Félix, indicándole con la cabeza que saliera un momento, y así hizo.

—Señorita, ahí fuera la están buscando, desde hace ya un rato. No dejé pasar porque no se encontraba consciente ¿quiere ver la visita ahora mismo?— informó.

¿Quién?

—¿No era el rubio?

—No, es una chica.

Fruncí el ceño perdida, sin tener la mínima idea de quién podía ser. Félix no conocía a ninguna amiga mía, y todo pasó tan rápido que dudaba que se haya expandido la noticia.

—Déjela pasar— ordené, no tan convencida.

Ella asintió y caminó nuevamente hacia la puerta para salir del lugar. Esperé nerviosamente su entrada, ¿quién podía ser?

Lo próximo que ví entrar fue a una chica de baja estatura, cabellos castaños y piel clara. Cuando conectó sus ojos con los míos, otro recuerdo golpeó mi mente.

Reconocería esos ojos en cualquier parte.

—¿Me dejas pasar?— cuestionó.

Me crucé de brazos y alcé una ceja.

—¿Por qué querría hablar contigo?

—Porque estás confundida y mereces una explicación— cerró la puerta y se acercó a mí, sentándose cerca.

—¿Dónde está Taehyung?

Respiró hondo antes de contestar y fijó su mirada en otra parte del lugar.

—Él quería venir, pero no lo dejé. Dije que era mejor avisarle a la policía lo que te había ocurrido antes.

—¿Cómo se enteraron?

—Eres tendencia en las redes. Una noticia sobre un disparo es algo que se divulga rápidamente aquí— me observó— lo que aún no sabemos es quién fue.

—Dime, niña, ¿por qué estás aquí?— corté su inspiración con frialdad.

—Vine a explicarte todo, de la manera correcta, y no como te enteraste aquel día en casa de Taehyung— explicó pacientemente.

Mordí la pared interior de mi boca al escucharla, de seguro se había inventado muy bien una excusa para salvar a Taehyung de su pecado.

—¿A ver?

—Me siento más cómoda si las preguntas las haces tú.

—Vale— tomé una posición erguida para continuar y sonreí falsamente— primeramente ¿quién eres tú?

Sacó su identificación de su cartera, lo cual no me esperaba para nada. La tomé en mis manos, leyendo la información en ella.

—Kim Jisoo, para servirte— informó, pero mis ojos quedaron fijos en su foto.

—Bien— devolví la tarjeta— ahora, ¿cuánto tiempo Taehyung me ha estado engañando contigo?

Rió histérica al escuchar mi cuestión, lo cual me hizo fulminarla con la mirada. No soportaba una burla hacia mí y menos en una situación así.

—¿Qué es tan gracioso?

—No soy novia de Tae.

—Amante, no sé, lo que sea–

—Es mi hermano— interrumpió con seguridad, y tragué mis palabras.

¿Cómo podía creerle? ¿Tener la certeza de que decía la verdad?

¿Hermano?

Sacó su celular, enseñándome una foto tomada hace unos años al parecer, ya que se veían más jóvenes.

—¿Ahora me crees?

Asentí lentamente, procesando todo.

—Bien— guardó el dispositivo— algo más..

—¿El policía ese quién es y de dónde los conoce? ¿Por qué Taehyung nunca me dijo que tenía una hermana? ¿Por qué él quería matarlo?— comencé a preguntar frustrada, amontonando las interrogantes.

—Son demasiadas preguntas para sólo una persona— suspiró cerrando sus ojos— Taehyung va a tener que ayudarme en esto— comentó en tono bajo y volvió a conectar nuestras miradas— Hyujin, el policía, es mi exnovio— comenzó a explicar.

—Tu hermano quería matar a tu ex..

—No es culpa de Taehyung.

—¡Un asesinato es imperdonable, Jisoo!

—Él me golpeaba— informó seriamente, haciéndome callar y pensar.

—¿Te golpeaba?

—Sí. A Tae siempre le dió mala espina su mirada y personalidad, por lo que quiso alejarme de él, para evitar salir lastimada. Pero yo no lo escuché, al contrario, me puse en su contra por culpa de Hyujin, quien no hacía más que manipularme y chantajearme emocionalmente; yo de estúpida caía en sus mentiras. Él es alcohólico, y llegó un momento en que me harté de su personalidad y de su mal trato por lo que quise enfrentarlo, pero salí aún más lastimada. Me golpeó sin piedad en el momento justo en que lo maldije, sentía que podía morir en cualquier momento por sus agresiones, y está de más decir que emocionalmente estaba demasiado débil, así que no tenía cómo defenderme, de dónde sacar fuerzas. Y como si un ángel hubiera caído del cielo, apareció Taehyung, quien había jurado que lo mataría si algún día llegaba a tocarme un pelo. Rompió una botella en su cabeza y perforó su abdomen con el pedazo de cristal que poseía en su mano. Quise detenerlo pero me empujó a un lado; grité pidiéndole que se detuviera, pero estaba cegado, y no detuvo sus puñaladas, hasta que reaccionó, dándose cuenta de el daño excesivo que había causado en Hyujin. Ahí fue cuando se fue corriendo, arrepentido por su error, y no volví a verlo hasta aquel día en la estación de policía— explicó, con un tono triste.

Definitivamente ahora, entendía todo.

Good Heart «김태형» ✓ EN EDICIÓNWhere stories live. Discover now