♠ Cincuenta Y Tres ♠

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—¿Y si me duele?

—Ay Jimin, eres hombre, por favor— desaprobé.

—Para tí es fácil decirlo, no eres el primero en hacerlo.

—Nadie te mandó a perder piedra, papel, tijeras— me encogí de hombros.

—¡Vale! ¡Lo haré!— rendido se sentó en la silla dispuesto a perforarse el labio.

Reí ante su cobardía y regresé con Harmieh, en el momento que Jungkook fue a sentarse con Jimin para tranquilizarlo. Ella alzó la mirada y me sonrió.

—¿Qué ves?

—Unos memes, nada importante— replicó y apagó su celular para prestarme atención— ¿también le temes a las perforaciones?

—Claro que no, no soy Park— negué con una sonrisa burlona— ¿y tú?

—En lo absoluto. Jungkook me contó que, luego de esto, quería hacerse tatuajes en los brazos— comentó.

—Jungkook es un adicto a la tinta— afirmé.

—Lo es— ambos observamos al menor, quien reía por las reacciones de Jimin.

—¿Era eso?— cuestionó el último mencionado una vez que poseía el piercing en el labio— ah, pero no dolió nada— se levantó para verse en el espejo, donde hizo un gesto de impresión— me veo muy bien.

—Anda, te toca— indicó Harmieh dándome un leve empujón.

—¿Me darás un beso antes de ir?

—No seas empalagoso y ve a perforarte— reclamó divertida.

—Era broma— negué y me levanté para dirigirme hacia la silla.

La chica de piel tatuada se acercó a mí para hacer la perforación.

—Abre la boca— indicó y seguí su orden, observó mis labios y sonrió de lado— lindos labios.

Su tono sólo fue audible para nosotros dos, ya que los demás estaban alejados en las sillas de espera. Ignoré su comentario y ella tomó el cateter para empezar, no sin antes inyectar la anestesia.

—¿Sientes algo?

Negué.

—Listo, ve a ver.

Me levanté y me dirigí hacia el espejo, percatándome de lo bien que había quedado la perforación.

Caminé donde se encontraban los chicos y abrieron sus ojos al verme.

—Te quedó bien— halagó la chica.

MI chica.

—Gracias— observé a Jungkook— te toca.

—Y yo feliz— canturreó y se dirigió hacia la silla.

Me senté con ellos y coloqué mi mano sobre la pierna de la pelinegra a mi lado. Mi mejor amigo me dedicó una sonrisa pervertida al ver mi acción y, de repente, sonó su celular.

—Es SeeA. Vuelvo enseguida— indicó y salió del lugar para contestar.

Ambos llevamos nuestra mirada hacia el menor, se veía muy tranquilo mientras se perforaba.

—¿No te dolió?

Captó mi atención y giré el rostro para verla.

—No, no duele— acaricié un poco su piel— ¿Miedo?

—Claro que no, ¿acaso me crees Jimin?

—No, no. Tú eres valiente— afirmé, haciéndola sonreír.

Good Heart «김태형» ✓ EN EDICIÓNWhere stories live. Discover now