♥ Veintitrés ♥

75 11 6
                                    

El transcurso del camino no fue tan horrible como pensaba, Taehyung hizo todo lo posible porque estuviera cómoda mientras hacía función de carga sacos.

—¿Incómoda?— preguntó atentamente al escuchar un suspiro cansado de mi parte.

—No, no— negué rápidamente— sólo pensaba— aclaré.

—¿Puedo saber?— cuestionó.

—No— renegué.

—Está bien— afirmó restando importancia, pero decidió hablar nuevamente— ¿acaso piensas en ese idiota?— inquirió en un tono de molestia, refiriéndose a Eunwoo.

—¿¡Qué voy a estar pensando en ese pervertido, Kim!?— exclamé alterada por su cambio de comportamiento tan repentino. Posteriormente me hizo bajar y me colocó frente a él— ¿ahora qué?

—Anda, sigue tú sola— indicó molesto y comenzó a caminar en sentido contrario.

—No he hecho nada para que te molestes, Kim— grité desde mi posición.

—Déjame en paz— imitó mi acción, sin girarse o dejar de caminar.

Su actitud conmigo es realmente irritante, y no desarrollaré hipertensión arterial por su causa, así que lo mejor que puedo hacer es darlo por imposible.

• 착한 마음씨 •

—¿Quién?— cuestionó desde dentro.

—Tu mejor amiga, ¿quién más?— respondí con un tono divertido e inmediatamente abrió la puerta.

Se veía fatal; tenía ojeras, estaba más pálido que de costumbre y su naricita poseía un color rojizo que lo hacía ver tierno.

—Aww, Jungkookie, ¿te sientes muy mal?.

—Creo que tengo fiebre— comentó tiritando del frío.

Procedí a acariciar un poco su frente para comprobar su temperatura; estaba hirviendo.

—¡Pero Jungkook!— exclamé preocupada— entra, venga— ordené y ambos nos adentramos en la casa ya que fuera hacia frío y no quería que se enfermara más.

• 착한 마음씨 •

—No debiste— negó avergonzado.

—¡Sí debí!— exclamé harta— y deja de decirme que no debía— ordené apuntándolo con mi índice, él sólo se limitó a dedicarme un asentimiento.

—Gracias— agradeció tímidamente.

Retiré el pañuelo húmedo de su frente y lo observé detalladamente. Noté cómo sus ojos brillaban levemente a causa de la gripe, su nariz seguía rojiza y su piel algo tibia. Acaricié su mejilla transmitiéndole cariño.

—No hay nada que agradecer, tú siempre serás mi hermanito menor— recordé.

—Y tú mi..— guardó silencio pensándolo bien.

—Soy tu...— esperé a que completara la frase.

—Bien— dijo luego de bufar y rodar los ojos— eres mi noona.

—Ese es mi niño— comenté divertida y sonreí complacida— ¿quieres que duerma contigo hoy? Faltaría a la escuela con tal de cuidarte— propuse.

Good Heart «김태형» ✓ EN EDICIÓNWhere stories live. Discover now