𝓣𝓻𝓮𝓲𝓷𝓽𝓪 𝔂 𝓣𝓻𝓮𝓼. 𝓔𝔁𝓽𝓻𝓪 1

521 59 39
                                    


Roy y Diego.

Roy corría a toda velocidad, no importando si tiraba a alguien en el camino.

- Háganse a un lado, perros. Necesito pasar.

Gritando y empujando llegó a su destino.

- Amigo, necesito tu ayuda - jadeando y con las manos en las rodillas para recuperar la respiración habló.

- ¿Roy, qué sucede?

- ¿Eres sordo, Ramiro? Acabo de decirte que necesito tu ayuda.

Emilio hizo una mueca.

- No me llamo Ramiro y lo sabes. Dime qué pasa.

- Hay un nuevo Omega, debes verlo es precioso.

- ¿Entonces necesitas mi ayuda porqué?

- Porque quiero conocerlo, obvio. Tengo un plan que funcionará a la perfección.

- Tengo miedo de aceptar, pero está bien.

Emilio se maldecia por aceptar la propuesta de Roy, pero el chico es uno de sus mejores amigos y haría todo por ellos

Hoppsan! Denna bild följer inte våra riktliner för innehåll. Försök att ta bort den eller ladda upp en annan bild för att fortsätta.

Emilio se maldecia por aceptar la propuesta de Roy, pero el chico es uno de sus mejores amigos y haría todo por ellos. Es por eso que una vez localizó al nuevo omega y lo vió sólo, dió inicio a su plan. Se acercó a él con pasos decididos y relajando su cuerpo para no soltar feromonas de nervios, tomó al chico por los hombros y lo volteó.

-¿Qué tenemos por aquí? un chico nuevo.

Puso su más tenebrosa sonrisa, el chico frente a él empezó a soltar feromonas de miedo.

- Por favor, no me hagas nada. Te daré mi dinero ó el almuerzo si así lo deseas. - el Omega tartamudeó.

- ¿Me ves cara de necesitar dinero, uh? - maldito Roy, pensó.

- No, perdón. No quise ofenderte.

- Aprenderás a respetar a un Alfa.

Levantó la mano en puño cómo si fuera a pegarle. Pero una voz lo detuvo.

- Hey, hombre. Deja al omega.

Roy salió de su escondite y enfrentó a Emilio, quién le lanzó una mirada amenazante.

- No te metas en lo que no te importa.

Hombre, deberían darle un Oscar a Emilio por tan buena actuación.

- No permitiré que lastimes a un Omega.

Tomó delicadamente la mano del Omega y lo atrajo a su lado.

- Ya, vete. - lanzó un gruñido bajo.

Emilio frunció el ceño y rogó para que todo saliera según lo planeado, porque Roy le iba a deber una muy grande por hacer asustar así a un pobre chico. Una vez sólos, el alfa habló.

El Alfa Ideal // Adaptación Emiliaco Omegaverse Där berättelser lever. Upptäck nu