𝓥𝓮𝓲𝓷𝓽𝓲𝓼𝓲𝓮𝓽𝓮

574 66 21
                                    


Luego de seguir a Uberto, subieron a la habitación del Omega, Emilio entró al baño de ésta y empezó a ducharse para eliminar cualquier rastro del aroma a celo, al salir tomó la ropa que el padre de Joaquín le había dado, que consistía en un par de shorts deportivos y una camisa de algún equipo de fútbol, no está seguro de cuál sea. Entró nuevamente a la habitación y vió a su Omega, sentado en la orilla de la cama, moviendo sus pies y con un puchero que ahora parecía formar parte del rostro del Omega.

- ¿Porqué tiene un puchero el Omega más hermoso del universo? - preguntó mientras le daba un pequeño beso.

- Me siento mal - murmuró bajito.

- ¿Qué es lo que pasa? - se preocupó al instante.

- Me duele aquí - dijo mientras tocaba su pecho, específicamente el lado dónde está su corazón.

- Mi bello Omega, ven aquí.

Se fundieron en un abrazo, el rostro del Omega está en el hueco del cuello del Alfa, dando besitos a la fuente de aroma, las manos de Emilio dan suaves caricias por toda la espalda del menor. Poco a poco se fueron recostando en la cama, con el menor aún sobre el mayor, quién empezó a marcarlo con su aroma, Joaquín ronroneó feliz, se sentía bien estar en los brazos de su Alfa, se sentía pleno, feliz, completo, se sentía cómo en su hogar.

Luego de muchos minutos marcándose mutuamente con su aroma, creando así una combinación de ambos en el cuerpo del otro, luego de muchos besos por todo el rostro del otro, luego de tantas palabras de amor y promesas susurradas, finalmente Emilio habló.

- Omega, realmente pensaba hacer ésto de una forma diferente, más romántica y planificada, con un poco más de tiempo. Pero ahora al tenerte entre mis brazos, con tu aroma sobre mí, con mi aroma en tí, no me queda duda alguna que éste es el mejor momento para hacerlo.

Los ojitos de Joaquín brillaban con emoción y duda.

- Joaco, amor, mi bello Omega. Desde el primer momento en que te ví, supe que eras para mí, aún así y tuvieras novio en ese instante, pero cuándo te ví, tan lleno de pánico en ese parque, al escuchar el miedo en tu voz, la forma tan dulce de tu ser, me dí cuenta que eres mi alma gemela, mi destinado. Me molesté mucho al ver que sufrías con ese Alfa, pero al parecer el destino estaba de mi lado y volví a encontrarte, nuestra salida al parque de diversiones fué uno de los mejores momentos de mi vida, porque el primero fué cuándo ví esos hermosos ojos ambar que tienes, al verlos mi respiración se quedó atascada, tus extensas pestañas y la forma que arrugas tu nariz cuándo ries, tu risa, oh dioses, tu risa es el sonido más perfecto que he escuchado, es tan melodiosa y dulce, justo cómo tu voz, aguda y cantarina.

El Omega tenía una gran sonrisa en el rostro, sus mejillas estaban de un intenso color rojo y sus ojos húmedos por las lágrimas que estaban tratando de salir.

- Me sentí tan afortunado cuándo te diste cuenta que soy tu destinado, que soy tu Alfa. El día que llamaste y me contaste que habías terminado con Andrés, bueno no voy a mentirte, me alegré mucho, pero no por el hecho que sufrieras sino porque ahora te tendría para mí sólo - Joaquín soltó una risita, que causó una sonrisa en el mayor - el día que fuimos a la playa, verte tan feliz jugando con las olas, haciendo castillos de arena, me sentía muy bien a tu lado. El día que escuché que me dijiste que era tu destinado, luego de haberte marcado con mi aroma, me sentí en mi hogar. Es por eso que te preguntaré ésto.

Esperó algunos segundos, viendo fijamente al Omega frente a él, a su Omega. Conforme iba hablando, se habían sentado, ahora él estaba con la espada recargada en la cabecera de la cama y el Omega sobre su regazo, sus manos en la cintura de Joaquín, mientras que las de éste último estaban sobre sus hombros. El menor esperaba ansiosamente que el mayor hablara nuevamente, su labio inferior estaba prisionero entre sus dientes. Hasta que la espera tuvo fin cuánto nuevamente Emilio habló.

- ¿Me harías el hombre más feliz del universo dejando que te corteje?.

Joaquín asintió con sus ojos llenos de lágrimas de nuevo, lágrimas de felicidad, feromonas dulces llenaron el ambiente, el lobo de Emilio saltaba de alegría, el de Joaquín chillaba de felicidad.

- Gracias, Omega hermoso. Gracias por aceptar - dió pequeños besos por todo el rostro del menor, dejando por último los labios dando un suave beso en ellos.

Tomó su celular y empezó a buscar algo, cuándo por los parlantes de la bocina sonó una melodia. The Way You Make Me Feel de Michael Jackson resonó en la habitación y nuevamente el Alfa habló.

- Nuestro cortejo será basado en canciones y regalos. Cada semana te dedicaré una canción y te daré regalos; Habrán salidas y citas. Cada canción que te dedique tendrá un significado detrás de ella, te iré dando una carta con la explicación de cada una; pero ahora, cómo ésto fué de improvisto no podré darte una carta - se ríe de manera nerviosa - Elegí ésta cómo la primera canción, porque me haces sentir de una manera inimaginable, me llevas a un extasis enorme. Todo a tu lado es genial y creo que no seguiré hablando porque realmente me encuentro muy nervioso y no puedo expresar lo que realmente siento.

- Es perfecto, Alfa.


Buenas aquí nuevo capítulo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Buenas aquí nuevo capítulo.

Hasta el próximo capítulo AlbertXioW.

El Alfa Ideal // Adaptación Emiliaco Omegaverse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora