♡︎: Ⓓ︎Ⓘ︎Ⓐ︎ Ⓒ︎Ⓘ︎Ⓔ︎Ⓝ︎

147 15 9
                                    

Kaia se encontraba entusiasmada, alistandose para su cita de cien días junto a Jeongin, era fantastico que ya iban cien días siendo pareja.

Alrededor de las cuatro de la tarde, la pelinegra se encontraba rizando un poco su cabello, luego se vistió con una camiseta blanca, un par de shorts negros al igual que la chaqueta de cuero y las botas que portaba, algunos accesorios de color plateado y se maquilló un poco.

Cuando estuvó lista, se miró al espejo con una sonrisa, realmente se sentía muy bonita.

Agarró un pequeño morral negro de cuero, ahí guardó su celular, su billetera y una cajita de clicle. Esuchó el timbre sonar y rapidamente fue corriendo a abrir, encontrandose con Jeongin ahí.

— Feliz cien días, amor — murmuró Jeongin antes de dar un suave beso en los labios de la chica

— Ay, Estoy tan emocionada. Ya cumplimos cien días — chilló la pelinegra emocionada — Que guapo te ves — admitio Kaia viendo a Jeongin de pies a cabeza

— Gracias, pero tú... Te ves hermosa — dijo Jeongin fascinado — ¿Nos vamos? — preguntó

Kaia asintió, se tomaron de la mano y salieron del complejo recidencial mientras caminaban animadamente y reían de sus extraños temas de conversación.

Caminaron hasta llegar a un parque de atracciones, Kaia tomó de la mano a Jeongin, comenzó a correr arrastrandolo hacia el carrusel. Estando ahí, compraron los boletos para subir. Era lento y despacio, aunque también se sentía como magia y volver a  ser pequeños. Del carrusel también pasaron a los carritos chocones, donde el dramatismo de ambos surgió a flor de piel, entre algunos juegos y choques, decidieron pasar por un puesto de comida, donde compraron hamburguesa y bebidas gaseosas en lata. Era un plan informal que realmente les gustaba. Se sentaron en una mesa a comer.

— ¿Sabes? Es la primera vez que como una de estas hamburguesas — dijo Kaia causando el asombro de Jeongin — Mi padre no me permitía comerlas, ya que él siempre fue muy paranoico con el tema de la alimentación, así que nunca me dejó comer amburguesas de feria o en restaurantes — explicó Kaia para luego beber un sorbo de su bebida — Mi padre pedía a las señoras encargadas de la cocina que prepararan las hamburguesas para mí y mis hermanos, en lugar de comprarlas en restaurantes de comida rápida o cosas así — añadió para luego darle un mordisco a su hamburguesa, luego de tragar el bocado, volvió hablar — así que gracias por la nueva experiencia, esto sabe realmente bien

Jeongin soltó una risita leve y agarró una servilleta, para limpiar la comisura de los labios de Kaia, pues se había ensuciado con un poco de salsa de tomate.

— Eres muy linda — le recordó Jeongin

Kaia sintió sus mejillas arder un poco, estaba sonrojada, cosa que a Jeongin le parecía realmente tierna.

— ¡Vayamos a la montaña rusa después de esto! — sugirió la de ojos azules

— ¿Estás loca? Vomitaremos si subimos luego de comer

— Ay, esperemos entonces, pero realmente quiero subir — dijo encaprichada

— Está bien, mientras tanto podemos ir ahí — Jeongin señaló un puesto de juegos de punteria

— Me parece bien — dijo Kaia mirando a Jeongin con duda

Luego de un rato, realmente desistieron, la puntería no era algo que se les diera bien, gastaron demasiadas fichas en el juego y no obtuvieron ni siquiera un pequeño peluche. Mal, muy mal por parte de los dos, sobre todo porque Kaia estaba encaprichada con un lindo peluche de panda.

— Bueno, vayamos a la montaña rusa — dijo Kaia como si nada

— Niña, vamos — dijo Jeongin — Vamos por un helado y luego vamos a la montaña rusa

Kaia negó con la cabeza cruzandose de brazos, mirando a Jeongin con ojos de cachorrito.

— Vamos — suplicó 

Jeongin suspiró y tomó la mano de Kaia, comenzaron a caminar hacia la fila de la montaña rusa, poco a poco la fila fue avanzando y fue su turno, pagaron y subieron, se aseguraron. La montaña rusa comenzó a andar con rapidez, arriba, abajo, a la izquierda, todo realmente rápido. Kaia gritaba emocionada, era adrenalina pura todo, todo eso que estaba sintiendo era más que magnifico, mientras que Jeongin se abrazaba a ella con algo de miedo, gritando también, pero gritando completamente aterrado y desesperado, aunque se estaba divirtiendo un poco, no estaba acostumbrado a esa altura y toda la adrenalina que conllevaba una montaña rusa, desde pequeño había evitado esas atracciones que parecían terrorificas, pero ahora, quizá solo por Kaia estaba enfrentando su miedo.

Kaia tomó la mano de Jeongin y levantaron sus brazos en el aire.

El cabello de la pelinegra se había despeinado por completo, sobre su cara habían varios mechones. Cuando bajaron de la montaña rusa, Jeongin con sus dedos acomodó cuidadosamente el cabello de su chica, de su linda Kaia.

— ¿Ya estoy peinada? — preguntó 

— Sí, te ves hermosa — respondió Jeongin dejando un suave beso en la frente de la pelinegra

Kaia soltó una risita y miró hacia el cielo, había anochecido muy rápido, miró su reloj de pulso y ya eran las ocho de la noche, realmente el tiempo que pasaba junto a Jeongin pasaba demasiado rápido, las horas se hacían segundos y estos, se hacían aun más cortos de lo que marcaba el reloj.

— ¿Habías dicho que querías ir por un helado? — preguntó Kaia

Jeongin asintió.

— Vamos — dijo Kaia con una sonrisa

Fueron a un puesto de helados, ahí, pidieron sus sabores favoritos de helado, fueron a sentarse en una mesita juntos, a disfrutar de sus helados, mientras hablaban de lo que harían mañana y Kaia le contaba a Jeongin de que se trataba el libro que había comenzado a leer hace poco. Jeongin se veía realmente fascinado al ver como los ojitos azules brillaban como dos estrellas tintineantes, al hablar de algo que le interesaba, era simplemente lo más hermoso que había visto.

Kaia lucía exactamente como su más hermoso sueño, tan preciosa y adorable.

— ¿Por qué me miras así? — preguntó Kaia risueña

— Porque eres demasiado bonita — respondió Jeongin hipnotizado en los lindos ojos azules

— I.N, estás demasiado coqueto hoy ¿Qué pasó con mi chico? Devuelvanme al que se pone timido con un pequeño coqueteo — dijo burlona

— Puedo ser los dos, solo si así lo quieres — dijo guiñando un ojo — ¿Te parece bien?

— Yang Jeongin, ¿Por qué me pones tan nerviosa? — preguntó con sus mejillas enrojecidas

— Porque... No lo sé, solo te me haces muy tierna cuando estás así — admitió Jeongin para luego comer un bocado de su helado 

Kaia se quedó viendolo mientras sonreía y negaba con la cabeza, Jeongin se dio cuenta y decidió burlarse un poco: — Si sigues mirandome se va a derretir tu helado — dijo risueño

— Ahm — balbuceó para luego comer una cucharada de su helado sabor a arequipe

Luego de un rato acabaron, decidieron volver a casa, y continuar pasando tiempo juntos, improvisarían algún plan divertido solo para ellos dos, sí, eso era un plan perfecto.

Así que comenzaron a caminar por las calles mientras cada vez estaban más cerca de su hogar. Había sido un día maravilloso y quizá la noche ya traería sus planes, se la ingeniarían para divertirse un poco.

(♡)
Que bonito capítulo, ¿No?
Ns, amé escribirlo...

STAY WITH ME ♡︎ [YANG JEONGIN]Where stories live. Discover now