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— Alumnos — habló la profesora al frente del pizarrón — Cómo ya saben, al iniciar un nuevo ciclo escolar, tenemos nuevos alumnos. Hoy está con nosotros Kaia, pasa al frente

La chica de cabello negro y ondulado se levantó de su asiento y caminó al frente con timidez y la cabeza baja. Se sentía tan incomoda al estar entre personas que nunca había conocido.

— Presentate, por favor — dijo la profesora

— Y...Yo soy Kaia Novikov, soy francesa y ... tengo quince años — dijo mientras tenía sus manos escondidas detrás de su espalda, pues estaban temblorosas — Y Es un placer conocerlos. Espero que podamos llevarnos bien — hizo una reverencia para finalmente regresar a su asiento

La profesora comenzó a pasar lista de asistencia, nombrando estudiante por estudiante y todos respondían levantando la mano.

— Yang Jeongin — nombró la profesora

Un chico entró de prisa al aula de clases con la respiración agitada y al instante levantó la mano: — Disculpe la llegada tarde, estaba en un ensayo — se disculpó ante la profesora a la vez que hacía una reverencia

— No te preocupes, tu agencia me informó todo — dijo — Ahora ve a tu lugar — señaló un asiento al lado de Kaia

El chico caminó hacia el lugar y tomó asiento, miró a la chica a su lado, pues nunca la había visto.

— Hola — saludó el chico — Soy Yang Jeongin — se presentó con una sonrisa

La chica de ojos hebras azabache mantenía su mirada fija en el escritorio y no parecía inmutarse ante las palabras del chico.

— ¿Te gusta la musica? — preguntó — Eres timida ¿cierto?

Kaia lo miró por un instante y asintió.

— Ay, al menos dime tu nombre — dijo Jeongin sonriendo

— Soy Kaia Novikov — respondió la chica

Jeongin asintió y luego de unos segundos, ya se encontraban escuchando la clase que era dictada por su profesora.

Luego de unas horas, llegó el receso, Kaia agarró su mochila y salió detrás de los demás alumnos, caminando hacia la cafeteria para sentarse en una mesa y comer, mientras lo hacía, una voz llamó su atención.

— ¿Puedo sentarme? — preguntó Jeongin

Kaia asintió nerviosa, ella siempre había sido timida a la hora de conocer gente y tenía pocos amigos, pues el trabajo de su padre la obligaba a mudarse de país en país, por lo que ella prefería no encariñarse con nadie para no tener que extrañar.

— ¿De donde eres? — preguntó Jeongin mirando los hermosos ojos azul oscuro que poseía Kaia, sus ojos eran como la noche

— Francesa con ascendencia Rusa — respondió la chica sosteniendo su sandwich entre sus manos

— Ouh, interesante. Entonces hablas ruso y frances también ¿No? — el chico realmente sabía como entablar una conversación

— No se hablar ruso, pero voy a clases en las tardes, estoy aprendiendo — respondió la chica sintiendose un poco más confiada — ¿Y... tienes pasatiempos? — preguntó

— En realidad, no tengo mucho tiempo para eso, porque soy trainee — dijo Jeongin — ¿Qué hay de tus pasatiempos?

— Tomo clases de ruso dos días a la semana, los sabados y domingos hago equitación y ayudar a mi padre en casa — dijo la chica

— Eso es interesante — asintió Jeongin

Pasaron los días y a decir verdad, Jeongin y Kaia no paraban de hablar y de pasar tiempo juntos, era divertido.

La tímida y cabizbaja chica de cabello negro ya no estaba, pues ahora una hermosa y sonriente joven de ojos azules estaba en si lugar.

— Kay — chilló Jeongin emocionado entrando a la habitación de la chica — ¡Voy a debutar! ¡Voy a debutar! — daba saltitos

La chica sonrió al verlo tan feliz, sabía lo mucho que él se esforzaba.

— Lo mereces — dijo la azabache con una sonrisa yendo a abrazar a su amigo — ¿Cuando debutas?

— Bueno... primero tengo que estar en un programa de supervivencia, pero voy a debutar — soltó una risita

— Más te vale — dijo Kaia sonriendo — Serás el idol más talentoso que el mundo haya conocido

Los meses habían pasado y el momento de hacer maletas también. Kaia quería negarse, decir que no iría a ninguna parte, pero no tenía razón.

Y fue aun más triste tener que decirle a Jeongin.

— 'Gin — lo llamó la chica con la voz temblorosa

— ¿Sucede algo? — preguntó preocupado

— ¿Recuerdas cuando te dije que por el trabajo de mi padre había vivido en muchos lugares? — preguntó. Jeongin asintió — Y ya es momento de irme de Corea del Sur. Es la primera vez que en serio deseo quedarme en un lugar, pero no puedo. Por favor no me olvides — lágrimas se habían acumulado en los ojos de la chica — Esto es para ti — se quitó la pequeña medallita plateada que colgaba de su cuello — Quedatela

El chico recibió aquella medallita, deseaba decir algo, pero sus palabras solo eran balbuceos, se sentía triste al saber que su amiga se iría.

— Kai — dijo Jeongin — Te prometo que nos veremos nuevamente. Te quiero — dijo mientras veía a la chica y luego se quitó un anillo para colocarlo en el cuarto dedo de Kaia — Quedatelo — sonrió forzadamente, pero al instante comenzó a llorar

Kaia lo abrazó fuertemente y él correspondió.

— Gracias por ser mi amigo — murmuró la chica

— Gracias por confiar en mí — murmuró Jeongin

Un joven de cabellos grises y ojos verdes, vestido de negro se acercó a ellos.

— Kaia, es hora de irnos — dijo extendiendole la mano a Kaia

— Está bien, Alek — tomó la mano del peligris y se levantó de la banca — Jeongin, hasta pronto — se despidió con la mano

— Hasta pronto — se despidió Jeongin de la misma manera. Cuando Kaia comenzó a caminar hacia un auto, él simplemente dejó caer todas las lágrimas que había estado reprimiendo.

Él realmente no había tenido en cuenta que ella muy pronto se iría, pero de cualquier manera se hubiese encariñado con ella. Era imposible no hacerlo, Kaia era la persona más dulce, tierna y cariñosa que había conocido y con ella se iban una gran parte de sus carcajadas, esas que muchas veces ella le hizo soltar.

Mientras tanto la chica estaba dirigiendose al aeropuerto, con lágrimas deslizandose por sus mejillas. Extrañaría demasiado a Jeongin, él es la unica razón por la que quería quedarse, era su mejor amigo.

— ¿Por qué lloras? — preguntó un chico de cabello largo y negro

— Jasha, no hagas preguntas ahora — ordenó la chica

El nombrado simplemente abrazó a su hermana menor, haciendola sentir protegida, aunque seguía triste.

— Papá ¿No podemos quedarnos? — insistió

— Lo siento, Kaia, no podemos — dijo mientras conducía

— ¿A donde iremos ahora? — preguntó Adrien, un niño de hebras grisaceas y ojos azules

— A Japón — respondió Alexander, padre de Kaia

— Mamá era de Japón ¿cierto? — preguntó un chiquillo de cabello negro y hermosos ojos verdes, era Nicole

— Sí. De allá era — respondió Alek, el mayor de los hermanos

Mientras su padre y sus hermanos hablaban, Kaia solo estaba pensando en Jeongin, ya lo extrañaba y sentía sus manos frías y temblorosas nuevamente, tal y como antes había sido, eso cambió cuando Jeongin tomó su mano por primera vez, pero ahora, se sentía frío nuevamente.

¿Te volveré a ver?

Kaia no dejaba de pensar aquello, no sabía si volvería a verlo, pero no quedaba otra opción.

STAY WITH ME ♡︎ [YANG JEONGIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora