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— ¡Vamos a jugar afuera! — insistía Jeongin

Kaia estaba acostada en la cama con algo de flojera, había terminado su turno en el hospital y se sentía un poco cansada, había realizado al menos, siete cirugías, todas habían resultado exitosas, pero de cualquier manera, el cansancio ya tenía repercuciones en el cuerpo de la femina.

— Vayamos luego, aun es temprano — dijo Kaia mirando el reloj de pared — Oye, vi que tu cepillo de dientes y tu Shampoo están aquí, también casi toda tu ropa ¿Desde cuando vivimos juntos? — comentó la joven

— Si te incomoda, puedo llevarme mis cosas esta misma tarde — dijo Jeongin mientras se sentaba en la cama — Es que ya sabes, hemos pasado mucho tiempo juntos aquí, traje mi cepillo de dientes aquel día que hicimos noche de películas, y mi shampoo el día que fuimos a piscina, mi ropa... pues, tú siempre que vas al departamento sales con una sudadera mía, y también has robado mis pantalones de pijama — explicó el muchacho

Kaia soltó una risita y se abalanzó sobre el chico abrazandolo de una manera juguetona. El chico quedó acostado y Kaia, sentada a horcajadas sobre él, para luego recostarse en el pecho del chico y abrazarlo con mucha fuerza.

— No me molesta — dijo Kaia colocando sus manos en las mejillas de Jeongin y apretandolas un poco — Me gusta que confies así en mí, y por lo de tus sudaderas... Es que son tan comodas y acogedoras, además huelen a ti y eso me gusta

— Ahg, Te amo Kay — susurró Jeongin

— Vamos a jugar afuera — dijo Kaia levantandose y dirigiendose al armario, se colocó una sudadera sobre su delgada blusa de tirantes y reemplazó sus shorts de Pijama por unos pants negros, y se colocó unas botas del mismo color — ¿Qué esperas? Vamos de una vez — dijo apurando al muchacho

Jeongin se levantó y solo se colocó un par de botas para luego salir tomando de la mano a Kaia, salieron del complejo recidencial, caminando por las desoladas carreteras llenas de nieve, con un manto blanco, era hermoso.

Kaia tomó una bocanada de aire y comenzó a frotar las palmas de sus manos, en busca de un poco de calor, pues la calidez de su apartamento, le hizo olvidar por un instante la frialdad del invierno.

— ¿Y si hacemos un muñeco de nieve? — preguntó Jeongin

Kaia lo miró y asintió, la idea le gustaba demasiado.

Comenzaron a rodar pequeñas bolas de nieve en el suelo, que poco a poco fueron haciendose más grandes, luego, continuaron armando su muñeco, Kaia agarró un par de ramas secas que estaban cerca de los grandes árboles al lado de la carretera y los colocó en la nieve, simulando los brazos del muñeco.

— No tenemos una zanahoria para la nariz — se quejó Kaia — Y tampoco botones para los ojos — añadió viendo su muñeco de nieve a media vida — Esto no parece un snowman — dijo — Creo que... deberíamos— soltó una risita pícara y agarrando un puñado de nieve que solía ser parte del muñeco sin terminar, se lo lanzó a Jeongin.

Poco a poco comenzaron una batalla campal con bolas de nieve, así, hasta que ya no quedaba nada de su hombre de nieve, solo las ramas secas que yacían sobre el suelo.

Y ahora, casi toda la nieve que habían usado, estaba sobre ellos. Jeongin miró a Kaia y luego soltó una risita, para tirarse en la nieve y comenzar a mover sus brazos y piernas, queriendo formar un ángel, Kaia sonrió y lo siguió, mientras se tomaban de la mano, dejandolo la forma de dos angeles tomados de la mano.

Luego de un rato, decidieron volver a casa, dejaron los zapatos afuera, y entraron, Kaia se quitó el sueter quedandose con una delgada blusa de mangas spaggethi.

STAY WITH ME ♡︎ [YANG JEONGIN]Where stories live. Discover now