Capítulo 19

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La vida no es lo que esperas, ella se compone de giros y vueltas inesperadas. - Llaiyaraaja.

***

Dorian pasó dos días completos enfocado en la gestión del divorcio de su hermana. Estaba haciendo horas de más e incluso estaba saliendo a horas imperiosas, lo que le impedía acudir a casa de Melanie. Dos días sin verla y comenzaba a sentir los efectos de un yonqui con la droga. La necesitaba, la deseaba e incluso llegaba a añorar sus charlas amenas. Recordaba el cariño con el que le habló de su nonna y sonrió. Estaba claro que su nonna era italiana, pero se preguntaba cuál sería la nacionalidad de su castaña. Se había mudado a New York para cumplir su sueño y eso le gustaba. Miró el reloj, eran casi las once de la noche, lo que le hizo bufar malhumorado.

Melanie había localizado el bufete de abogados en el que trabajaba Dorian. No tenía esperanzas de encontrarlo allí, pero se relajó en cuanto visualizó el Jaguar aparcado en el estacionamiento. Plantó el trasero en el capó y se quedó esperando a que este hiciera acto de presencia. Se planteó abortar la misión y regresar a su casa, se sentía ridícula al ir a buscarlo y ante todo no quería asustarlo. ¿Qué pensaría al verla allí? Le conocía y sabía que la cabeza le jugaría una mala pasada, pero oye, él había acudido a su casa en más de una ocasión y ella jamás pensó que era por amor, por lo que se armó de valor y siguió esperando. Y lo hizo por horas...

Él, finalmente, salió de la oficina a las once y media pasadas. Era muy tarde, la calle estaba vacía a excepción de la preciosa mujer que le esperaba sentada como cuál india sobre su Jaguar. Movió la cabeza con sorpresa y pensó que aquello solamente podía ser producto de su imaginación. En cambio, según avanzaba y se acercaba al vehículo, era más consciente de que era real. Melanie llevaba unos shorts, una blusa de tirantes y una chaquetilla para evitar el frescor de la noche. Ella sintió que tenía las piernas entumecidas y con gran pesadez las desenrollo para bajar del coche. Automáticamente Dorian sonrió.

—Buenas noches, soldado —murmuró ella mientras daba pequeños saltitos en el mismo lugar para despertar sus piernas — ¿No crees que trabajas demasiado?

Dorian no pudo hacer más que rodearla por la cintura y besarla con la extrema necesidad que sentía. Melanie no solo le aceptó, si no que, sacó la lengua para cazar la suya y saborearlo con deleite. Él aspiró la increíble fragancia de la mujer y suspiró al sentirse aliviado de tenerla junto a él.

—Buenas noches, morbosa. ¿Qué haces aquí? O mejor dicho... ¿Desde cuándo estás aquí? ¿Por qué no me has avisado?

—Deduje que estarías trabajando y no quise molestarte. ¿Te apetece cenar?

Cenar era lo que menos le apetecía. Estaba cansado, agotado y meterse en la cama era lo que más le apetecía, pero habían estado dos días sin verse, sin apenas hablar y necesitaba ese rato con ella. La cogió de la mano y ambos se adentraron en un restaurante cercano. Era tarde, por lo que él camarero les aviso que pronto cerraría cocina, por lo que se conformaron con un par de raciones.

—¿Cómo llevas lo de Kiara? —preguntó ella.

—Conseguiré tenerlo todo para el cumpleaños de tío Klaus, incluso puede que lo tenga la semana que viene. Mi hermana me ha dado un poder notarial para que pueda ocuparme de todo lo que conlleva el divorcio, incluida la venta de la casa. Eso agiliza mucho todo...

—¿Has hablado con ella? Yo lo llevo intentando desde ayer, pero no atiende mis llamadas.

—Yo hablé con ella esta mañana. Me dijo que estaba en plena campaña y que apenas tenía tiempo, por lo que me dedicó los minutos necesarios para poder avanzar.

Bailando con la traición | Erótica + 18 | Parte 1/4 Completa ✅Where stories live. Discover now