Capítulo 6

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Somos esclavos sólo si dejamos que el destino nos controle. Siempre hay una elección. - Julie Kagawa.

***

Dorian daba vueltas al acuerdo de separación que había redactado para presentárselo a su hermana Kiara. En el mismo se detallaba lo que cualquier matrimonio querría. No obstante, necesitaba que ella lo revisase y diera su visto bueno. Y en ello se encontraba. Kiara torcía el morro y con un lápiz se dedicaba a tachar y tachar como si no hubiera un mañana. ¿Qué cojones hacía? Se asomó con curiosidad para ver qué era lo que tanto la molestaba y se sorprendió al ver que había tachado la cláusula donde se indicaba que la casa, al ser titularidad de los dos, seguiría así, hasta que uno de los dos vendiera su parte al otro, o que finalmente la vendieran en su totalidad.

—¿Qué pretendes hacer con la casa? —preguntó estupefacto.

—Se la regalo —exclamó sin inmutarse —. No voy a entrar en una guerra estúpida de propiedades que solamente va a hacer que este proceso se alargue más de lo necesario.

—Permíteme discrepar.

—El coche está a mi nombre —continúo ignorando a su hermano —, así que, será lo único que me quede. Además, Rodrigo tiene el suyo, por lo que tampoco creo que le de importancia...

—Escúchame... Además de tu hermano, soy tu abogado y no voy a apoyarte en ese sin sentido. Tengo que mirar por tu bienestar, por tu estabilidad y permíteme que te lo diga, pero esa casa es tanto tuya como de él. Vas a aceptar tu parte. La venderás o harás con ella lo que te plazca, pero no pienso permitir que se la regales.

—Respeta mi elección. Quiero divorciarme y esas son mis normas.

—¡Vamos! ¡No me jodas Kiara! ¿De verdad piensas ceder a perder la parte correspondiente de esa casa que tanto os costó conseguir? Solo te falta ponerle un maldito lazo dorado y entregársela en bandeja. ¿Rodrigo te está obligando a ello? ¿Es eso? —preguntó enfurecido.

—No. En realidad, él aún no sabe que voy a pedirle el divorcio, así que no me está obligando a nada.

—¿Qué mierdas pasa? —bramó cruzándose de brazos y sentándose en el cantó del escritorio, a escasos centímetros de ella — Kiara, quiero ayudarte, pero necesito saber que sucede. ¿Hay otra persona?

—Ni lo sé, ni me importa...

—¿Has vuelto al "Destiny"? —preguntó, aunque él sabía la respuesta.

—Tenemos un trato para no coincidir. ¿Lo recuerdas?

—Por supuesto, también sé que habías dejado de ir, por lo que, si has regresado a frecuentarlo, me gustaría estar al tanto...

—Limítate a respetar los días pactados y nos ahorraremos muchos quebraderos de cabeza.

—No te equivoques, no me importa que lo visites, pero estás casada. ¿Rodrigo lo sabe? —inquirió preocupado — Porque dudo mucho que permita que su mujer se meta en un local de perversión y lujuria donde únicamente se visita con un único objetivo. ¿Te has parado a pensar que alguien podría verte y que él pudiese enterarse?

—Hace mucho que no compartimos cama, así que... supongo que él también busca su manera de obtener placer, independientemente de que se llame "Destiny" o que sea en la costosa habitación de un hotel. ¿No crees? ¿De verdad tú y yo vamos a hablar de sexo?

—Si es necesario, sí —dijo con franqueza —. Así que, imagino que no tener sexo, es una de las causas por las que quieres divorciarte. ¿Has hablado con él?

—No —masculló sin más —. Por cierto, mi amiga Melanie ha empezado a frecuentar el club.

Dorian se incorporó y avanzó hasta el otro lado del escritorio donde finalmente se sentó. Lo sabía, no solamente eso, sino que él mismo había sido el que la había llevado al éxtasis en una de las salas.

Bailando con la traición | Erótica + 18 | Parte 1/4 Completa ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora