Capítulo 5

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Un hombre no es otra cosa que lo que hace de sí mismo. - Jean Paul Sartre.

***

Melanie corrió a través del vestuario para abrir la taquilla y rescatar su teléfono móvil que no dejaba de sonar. Aún llevaba la vestimenta de la clase de salsa que acababa de realizar y estaba deseosa de darse una más que merecida ducha, pero la insistencia de la llamada se lo había impedido. Seguro que era Kiara, tan puntual como siempre. Estaba claro que ni siquiera iba a darla cinco minutos de ventaja. Ella solicitó que la llamase al finalizar su clase y lo hacía tal cual. Cogió el teléfono y sonrió al ver que efectivamente, era su amiga.

-¡Te recojo a las diez!

-Buenas tardes... -graznó ella con cierta ironía -. ¿Cómo te ha ido el día? Oh, a mi bien. Gracias por preguntar.

-Ahora que has terminado tu monodiscurso y me has confesado que te ha ido bien el día, ¿Me puedes decir si te viene bien esa hora?

-¿Cuál es el plan?

-¿Tú qué crees? Vamos a ir al "Destiny". Vamos a tomarnos un par de copas y con un poco de suerte, tú encontrarás a ese hombre misterioso o algún otro que esté dispuesto a finalizar el trabajito del otro día, y yo pienso montármelo con un semental.

-Pasa a buscarme a las diez -dijo con cierta desgana -. Si Rodrigo se entera... En fin Kiara, no creo que le haga mucha gracia.

-Él ha salido de viaje, a esta hora debería estar llegando a Londres, pero no lo sé porque ni siquiera me rinde cuentas. Posiblemente en unas horas, él este follando al igual que yo... Yo en una sala del "Destiny" y él en la confortable cama del hotel. ¡Ves! ¡Todos contentos! Te veo en un rato.

Melanie colgó incrédula, guardó el móvil en la taquilla y se introdujo en la zona de duchas. Tenía demasiadas dudas respecto al matrimonio de su amiga. La conoció casada y se había cruzado en un par de ocasiones con Rodrigo. Ambos parecían una pareja normal, de hecho, les recordaba en actitudes cariñosas, pero este último año, Kiara había cambiado exponencialmente. No sólo ya no hablaba de él sino que afirmaba que se quería divorciar y había comenzado a buscar sexo fuera de casa. Eso la inquietaba, pero su amiga no escupía mucha más información... Suspiró al recordar, que incluso Dorian, parecía perdido con la actitud de su hermana y aunque era consciente de que no pasaba un buen momento, tenía la esperanza de que su amiga, confiase plenamente en ella y le abriera su corazón. Pero eso parecía simplemente imposible. Kiara huía de cualquier tipo de explicación.

Cenó un sándwich, junto a un trozo de tarta de Briona y se adecento un poco. Iría al local, vería nuevamente el ambiente y oye, quien sabe, quizá podía darse una alegría para el cuerpo. Llevaba un par de noches que era incapaz de dormirse sin masturbarse y pensar en las caricias que Dorian la había propinado. La había dejado calentada de sobremanera y ella estaba dispuesta a mitigarlo, aunque fuera sin él... ¿O no?

Ambas amigas accedieron al "Destiny". Kiara lucía una peluca rubia y llevaba la mitad de la cara cubierta con un antifaz. Esas eran algunas de sus normas. La discreción para ella era primordial, más cuando aún no se había divorciado. A pesar de que era lunes, el ambiente era brutal. En la planta principal se agrupaban numerosos grupos de personas para beber y disfrutar de una única cosa; sexo. Se resguardaron a un lado de la barra y Kiara aprovecho para hacer una pequeña revisión. Todo seguía igual, nada había cambiado durante sus años de ausencia y eso era algo que la alegraba, pues en aquel lugar había pasado momentos muy buenos y divertidos.

-Dios, jamás volveré a renunciar a esto -murmuró mientras admiraba aquel ambiente que la rodeaba.

-¿Dejaste de venir por Rodrigo?

Bailando con la traición | Erótica + 18 | Parte 1/4 Completa ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora