La visita

28 8 0
                                    

La última semana de Julio estaba empezando, teníamos muchos preparativos para la boda y además la fiesta de cumpleaños número dieciséis de Camilo, por mi parte mis dos trabajos estaban a poco para ser terminados, el vestido de Dolores solo necesitaba los toques finales, y debía terminar de bordar la ruana de Camilo.

Desperté feliz esa mañana, hoy recibía las cartas de mi hermano junto con el gran paquete de libros extremadamente interesantes que el recopilaba y compraba para mí. Pronto sería mi cumpleaños y podría viajar a Londres para visitar a todos allá, aunque no podría visitar a mis abuelos aquí en Colombia, ya que la casa está siendo arreglada y no tendría donde quedarme, pero seguramente recibiría una bella carta con la letra de mi abuela y algunas dulces preparados por mi Tito Alberto.

Me vestí y salí hacia la cocina de la casa Madrigal, hoy también se cumplían dos meses de haberme mudado aquí y me estaba acostumbrando la verdad, poder utilizar mis dones sin tener que esconderme de nada ni nadie era algo que jamás había vivido.

-Bien día Julieta, buen día Isa.- saludé a madre e hija, que se encontraban charlando en la cocina en lo que el desayuno está listo. Las dos me saludaron con una sonrisa, misma que Isabela borró ante el pedido de su madre.

-Isabela, ¿puedes ir a comprar huevos? Es lo único que me falta.- Al ver la cara de desagrado de la chica, me ofrecí para ir a comprarlos. -No, tú no ____, siempre tú haces las cosas, además a Isa no le vendría mal moverse un poco.

Luego de algunas protestas la chica se fue a hacer el mandado, por lo que decidí ir a ayudar al jardín, poniendo la mesa para desayunar. Algo raro es que Casita había puesto una silla más en la mesa y luego un par de cubiertos y un plato vinieron rodando para completar aquel lugar vacío, Alma no nos había avisado si teníamos invitados, a lo que supuse que era solo la Casa Mágica preparándose para un nuevo integrante en la familia, Mariano.

Perspectiva de Isabela:

Salí de Casita algo molesta, no me encantaba ir a comprar las cosas para el desayuno, pero por lo menos podría prestarle atención a todas las plantas y flores que me rodeaban de camino a la tienda.

Como iba distraída anotando mentalmente a qué plantas les hacía falta un poco de abono, choqué con algo, algo bastante duro la verdad, y ante el choque la canasta vacía que se encontraba en mis manos cayó al suelo. Cuando la iba a recoger una mano ajena se anticipó y la tomó primero, al levantar mi vista, no podía creer lo que estaba viendo.

Era simplemente el chico más hermoso que hubiese visto, muy bien vestido, con un bello cabello castaño, lindas gafas y unos preciosos ojos verdes, esos iris de tan hermoso color me hacía recordar a algo, pero no pude saber qué, ya que mi mente se encontraba buscando las palabras para saludar a tan apuesto muchacho.

-Lo siento, no te ví, ¿Estás bien?- dijo mirándome mientras acercaba la canasta que tomaba con su mano hacia mí, asentí con la cabeza porque mi boca no podía emitir sonido alguno, él sonrió y pude notar como un lindo hoyuelo se formaban en cada mejilla del chico.

-¡Nos vemos luego!- saludó y siguió su camino en dirección opuesto al mío, me quedé congelada, agitando mi mano a modo de adiós. En todo el camino a la tienda me cuestionaba a mi misma del porqué no había hablado con él, me enojaba muchísimo, pero al volver a casa decidí serenarme para que mi familia no notara absolutamente nada.

Perspectiva de Nick:

Por fin había llegado a la hermosa e increíble Casa Madrigal, estaba increíblemente cambiada, hacía once años que pisé el umbral de esta puerta por última vez, la casa no era la única que había cambiado, yo también lo había hecho.

La puerta se abrió y las baldosas del piso parecieron cobrar vida, arrastrándome hacia adentro de la casa y cerrando estruendosamente la puerta.

-Shh- dije cerrando mis ojos y colocándome mi dedo índice sobre mis labios, me encontraba de espaldas a la escalera principal, con una maleta en mis manos y susurrándole a una puerta, acción que me hacía parecer loco, de repente escuché eso que tanto deseaba escuchar.

-¡¿Nick?!- sonó detrás de mí, a lo que giré y sonreí al ver a mi hermana menor frente a mí, estos dos meses sin verla habían sido increíblemente duros, corrí a abrazarla, la alcé entre mis brazos y giramos juntos como lo hacía cuando era una niña.

-Creciste tanto.- dije y besé su frente mientras acunaba su rostro entre mis manos. -Te extrañé muchísimo.- terminé apretándola entre mis brazos.

-Ya basta, eres un pesado.- bromeó la chica mientras sacudía su ropa, sonreí y pude notar como alguien más se acercaba hacia nosotros, Alma Madrigal, mejor amiga de mis abuelos maternos y una increíble mujer que logró sacar adelante a su familia ella sola, con algunos errores, por supuesto.

-Nick, mírate muchacho, eres todo un hombre ahora, bienvenido a Casita.- me recibió abrazándome, a lo que correspondí felizmente.

-Muchísimas gracias por recibirme Alma, y también por cuidar de aquel pequeño desastre.- terminé señalando divertido a ____.

-_____ no ha sido más que una bendición en nuestra casa.- dijo la mujer, a lo que sonreí, sabía que mi hermana era increíblemente servicial y que en cualquier lugar que ella estuviese jamás daría problemas, al fin y al cabo, eso le enseñé yo.

-¿No vas a saludar a tu mejor amiga de toda la vida?-pronunció otra persona que se encontraba en aquel gran salón, al dirigir mi vista hacia ella, una chica morena, delgada y con un gran moño rojo corría hacia mí para saludarme.

-No me hables, rompiste la promesa.- dije fingiendo estar indignado, pero en realidad me estaba muriendo de ganas de abrazar a Dolores.-Prometiste que no te casarías antes de que yo me casara.- le aclaré a la chica.

-Pero tú te tardas mucho, no es mi culpa que seas un solterón.- contestó cruzándose de brazos a lo que no pude aguantar más y me reí. ¿Vas a querer tu abrazo si o no?- asentí ante la pregunta y rodeé con mis brazos a mi mejor amiga.

-Bien Nick, porqué no dejas tus cosas en el cuarto de invitados, te lavas las manos y vienes a desayunar.- sugirió Alma, a lo que obedecí y salí junto a mi hermana hacia mi habitación correspondiente.

Dejé mi maleta y revisé todo el lugar, era una habitación sencilla pero acogedora, me senté en la cama y suspiré, mi cabeza se encontraba en otra parte y ____ lo sabía.

-¿Te pasa algo? Estás raro.- preguntó, lo cierto es que en mi mente solo se encontraba aquella chica linda con la que me choqué esta mañana, se me hizo algo familiar, pero no pude reconocer quién era.

-No, no me pasa nada, mejor, muéstrame dónde está el baño así nos lavamos las manos y vamos a desayunar.- respondí y salimos juntos de la habitación.

Holis! Siguen ahí? No he muerto aún, disculpen por no escribir, empecé las clases lo cual me mantiene ocupada y tampoco tenía muchas ideas.

Hoy es un cap distinto, nuevas perspectivas y conocimos al mejor personaje que pude haber creado, Nick. Si tienen alguna sugerencia u opinión del cap no duden en comentarla, de forma amable porfis.

Made with luv 🎧🌱

Corazón de dos países [Camilo Madrigal x reader]Where stories live. Discover now