El vestido

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Desperté a las siete de la mañana, suspiré y me levanté, era el tercer día que pasaba con la familia Madrigal, dirigí la mirada hacia mi escritorio, allí estaban el diseño de vestido de Isabela, los moldes, la tela ya cortada y la máquina de coser. Esperaba poder terminarlo a tiempo, había pensado hacerlo más grande y con más volados, pero frente a la confusión de fechas, decidí hacer el vestido un poco más sencillo.

Bajé a la cocina en busca de agua caliente para mi té mañanero, luego volví a mi cuarto y empecé a coser. El vestido era celeste, con mangas de tul del mismo color y flores bordadas en el pecho y al final de la falda.

Comenzé por la parte de arriba del vestido, prendí mi máquina de coser, le hice el dobladillo a todas las piezas ya cortadas y las empecé a unir. Cosía bastante rápido, creo que porque mis abuelos ingleses eran dueños de una increíble compañía textil y había aprendido a diseñar y coser desde muy pequeña.

Me encantaba visitar la fábrica, los trabajadores me trataban muy bien y yo los ayudaba con lo que necesitaban, para mi cumpleaños número doce me regalaron entre todos un espectacular vestido, el cual sigo conservando y le hice unos arreglos para poder usarlo actualmente.

En poco tiempo tuve lista la pieza superior del vestido, lo puse en mi maniquí y acomodé con alfileres las mangas hasta que tuvieran la forma que me gustaba, luego pase a coserlas, estaba quedando hermoso. Decidí seguir en la noche para que no me vieran y así no se arruinara la sorpresa. Guardé lo que había terminado en un baúl junto con las partes de la falda ya cortadas y bajé para desayunar.

En el desayuno, Alma nos comunicó que al día siguiente habría una merienda para comentar acerca de la boda de Mariano y Dolores, por lo que si teníamos planes, había que cancelarlos. Me ofrecí para preparar la merienda, tenía pensado hacer las galletas de mermelada de frambuesa, con la receta de mi abuela, y los brownies que William me enseñó a hacer.

Esta vez no estaba sentada enfrente de Camilo pero de todas formas hicimos contacto visual. Podía notar que el chico seguía adormilado, quizás no había tenido una buena noche, pero no le pregunté y seguí comiendo.

Perspectiva de Camilo:

Anoche me acosté bastante tarde debido a los pensamientos que rondaban por mi cabeza una y otra vez.
____ estaba sentada lejos de mí, pero la seguía observando, hablaba con mis primas y con mi hermana. Me alegraba que ella se llevara tan bien con mi familia, todos la querían y hasta ahora era una bendición en la casa, sonreí al pensar en ella y me di cuenta de que también me estaba mirando, en ese momento debí haberme puesto rojo como un tomate, con esos ojos verdes y su mirada profunda, definitivamente esa mirada me mataba. Bajé mi ojos y empecé a comer para evitar los de la chica.

Perspectiva de ____:

Al finalizar el desayuno subí a mi cuarto, quería enviarle una carta a mis mejores amigos y a mi hermano. Les conté todo, mi llegada, las dos cenas, todo sobre la familia, el compromiso y el vestido de Isa. Sellé las cartas con cera y me dirigí hacia el pueblo para enviarlas.

Cuando salí del correo, vi al Madrigal de ruana amarilla con unos niños, me quedé mirándolo embobada, se veía tan feliz jugando y riendo.

Salí de mi estado de quietud cuando sentí que alguien chocó conmigo. Bajé mi mirada y vi un chico que parecía de mi edad, llevaba varios libros, que se encontraban desparramados por el suelo ya que se le habían caído al chocarse conmigo.

Lo- lo siento- dijo el chico después de levantarse, era un chico alto, de piel morena, cabello negro y ojos color miel- soy Marcos, perdón pero suelo ser algo distraído cuando hay chicas tan lindas cerca mío- añadió riendo, su sonrisa era muy bonita y brillante.

Corazón de dos países [Camilo Madrigal x reader]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang