Corazón de dos países [Camilo Madrigal x reader]

La ventana

-Buenas noches.- saludé cuando entré en el comedor, había ya varios miembros de la familia sentados, esperando la comida, por lo que decidí tomar asiento entre Bruno y Luisa, quedando frente a Camilo, quien estaba sentado entre Isabela y Dolores.

-Así que hay una nueva mascota en la familia.- preguntó el hombre junto a mí a lo que asentí, adoraba a Bruno, veía en él a una figura paterna, acompañarlo en sus ratanovelas y hacerle prendas de ropa a sus amadas y poco comunes mascotas era muy lindo.

Sentí ganas de llorar en ese momento, no de tristeza, si no de alegría, si bien amaba a mi familia, siempre se sentía algo incompleta, aquí con los Madrigal, era una familia entera llena de amor para dar a todo el mundo, su hospitalidad y el cariño que cada uno me brindaba me hacía sentir tan bien, me hacían sentir como en casa. Bajé mis párpados para ocultar mis ojos vidriosos y que estos volvieran a la normalidad cuando los abriera, pero al parecer alguien había notado el inicio de mis lágrimas.

-Sí tío, ¿nos vas a ayudar a cuidar a Cinnamon?- contestó el rizado frente a mí.-Podrías pasearlo, así tu también sales más de tu habitación.- propuso sonriendo, eso era cierto, aunque ahora se llevaba muy bien con todo el pueblo, aún seguía escondiéndose en su torre.

-Sí, supongo.- contestó mientras rascaba su barbilla.-¡Ah! ____, avísame si alguna de mis ratas se vuelve a meter en tu taller, dicen que es un lugar muy cómodo y que les encantaría saber cuál es tu nuevo proyecto. Traducción de Antonio.- agregó mientras señalaba a su sobrino más pequeño. Me puse nerviosa, se suponía que el proyecto iba a ser secreto, muchísimas gracias a Bruno por revelarlo, sobre todo delante de para quien iba a ser el regalo.

-Así que, ¿un nuevo proyecto? Y no me contaste nada.- dijo Camilo con un tono que sonaba algo acusador y frunciendo el ceño, quise que la tierra me tragara, miré al hombre sentado a mi izquierda e inventé una respuesta.

-Emm sí, en realidad, b-bueno no es nada importante, simplemente estoy probando mi telar y es algo de prueba.- intenté sonar convincente, aunque no funcionó del todo, pero por lo menos el chico frente a mí borró la expresión dubitativa de su rostro y me sonrió.

Perspectiva de Camilo:

La cena transcurrió normalmente, a excepción de que sentía que los ojos de ____ no se enfocaban en otra cosa que no fuera en mí, no me miraba acosándome, si no que era de una manera natural y que cuando pestañeaba se veía bella y coqueta, no puedo mentir, si me sentía halagado de que me mirara así, de que solo me mirara a mí.

Conecté mi mirada con la suya y fue algo mágico, mis ojos se perdían en los suyos, observaba su brillo, el color esmeralda que estos tenían, sus pestañas, que aparecían en mi campo de visión cuando la joven pestañeaba. Luego empecé a mirar todo su rostro, sus bellas facciones, sus pecas, su resplandeciente piel y sus labios, como no mirarlos, contemplarlos, imaginarme saborearlos era lo único en lo que podía pensar, su lengua recorrió el labio superior, humectándolo con su saliva y haciéndolo lucir más brillante. Dos palabras: simplemente hermosa.

Cuando terminamos de comer, ayudé a levantar la mesa, lavar los platos y secarlos, algo no muy usual en mí y de lo cual toda la familia se dió cuenta. Mi madre y yo quedamos juntos en la cocina, me miró de arriba a abajo, sonrió, acarició mi cabello y se despidió, deseándome dulces sueños. Cuando me quedé solo en la cocina, preparé algo que me ayudaría con mi plan de esta noche.

-¿Se puede?- pregunté tocando la puerta con una mano, mientras que sostenía una bandeja con la otra. En el umbral de la puerta, apareció la morena de cabello rizado y súper oído, me invitó a pasar, cerrando la puerta detrás de mí.

-Gracias Cami.- dijo acostándose en su cama mientras yo le tendía la taza de té, le sonreí y me senté junto a ella.-Eres el mejor hermano.-

-Si no soy yo, ¿Quién más iba a ser?- contesté riendo y ella pellizcó suavemente mi mejilla y me dejé caer en el hombro de mi hermana, mientras tomaba su mano.