La propuesta

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Todos pasamos al salón, excepto Félix, Pepa y sus tres hijos. Mariano y su madre esperaban con ansiedad a que Dolores bajara, él estaba listo para comprometerse con ella y así casarse y formar una bella familia.

La abuela anunció a su nieta, a lo cual ella bajó por las escaleras del brazo de su padre, seguida por su madre y sus dos hermanos. Pepa lucía una sonrisa radiante y de su cabeza salía un arcoíris, Camilo tenía cara de nada, me miró, dirigió una mirada hacia su cuñado e hizo una mueca de disgusto y el más pequeño estaba feliz por su hermana, acompañado de un tucán sobre su hombro.

Cuando la chica llegó, su novio se arrodilló y sacó una cajita de su bolsillo. -Dolores, eres la mujer más hermosa que pude haber encontrado jamás, eres divina y tienes un gran corazón... Por eso quería decirte, ¿Me concedes el honor de ser tu esposo?- pronunció pausadamente cada una de las palabras.

Dolores, con lágrimas de emoción dijo su "Sí" y todos los presentes aplaudimos y vitoreamos.

-¡Vivan los novios!- gritó el primer hermano de la Madrigal con súper oído. En el fondo, Camilo estaba muy contento por su hermana, ella había encontrado al amor de su vida y él anhelaba hacer lo mismo y tal vez encontrarse algún día en la posición de Mariano.

Los adultos brindaron, Toñito y yo chocamos las copas con jugo de naranja a modo de brindis. Su hermano mayor me dirigió una mirada que me pareció algo tierna, yo lo miraba embelesada, con esa ruana del color de mi jugo, que se movía y danzaba a la vez que su dueño lo hacía.

La música sonó y todos comenzamos a bailar, di vueltas con el menor de los Madrigal, bailé junto a Mirabel e Isabela, para finalmente quedar frente a frente con el rizado de piel trigueña y ojos color avellana.

Me tomó de la mano e hizo girar mi cuerpo y luego yo hice lo mismo con él, a lo que el chico rió fuertemente, risa que llenó mi corazón y me hizo sentir cómoda con él. Seguí bailando con otros miembros de la familia pero sin despegar la mirada del hijo mayor de Pepa.

Perspectiva de Camilo:

Se sentía tan bien tenerla enfrente y bailar con ella, pensar que la había ignorado todo el día de ayer hacía que me enojara conmigo mismo, "tal vez la hice sentir mal", pensaba en la cena. Ahora no podía dejar de mirarla, con su traje, su pelo y su cicatriz en el brazo. Desde que la noté, me prometí recordarle que su marca era hermosa y muy especial, para que no se sintiera insegura.

Cuando el baile terminó, todos fuimos a dormir . Al estar al lado, ____ y yo nos dirigimos al mismo tiempo hacia nuestras respectivas habitaciones. La miré y le dediqué una sonrisa coqueta, ella seguía mirándome sin gesto alguno.

-Buenas noches, princesa, que duermas bien.- solté mi arma mortal a lo que la chica rodó los ojos divertida y se encerró en su cuarto. Sonreí ante esto, ella me parecía genial, no se comparaba a las otras chicas del pueblo, ni en belleza, bondad, ni mucho menos en inteligencia.

Al entrar a mi cuarto vi una gran pila de ropa sucia y por miedo a que mi madre me regañara, llevé las prendas al cuarto de lavado. Allí pude ver una silueta moviendo sus brazos y a un vestido. Me acerqué más y me escondí para que la figura no me viera.

Era ____. Se encontraba con un centímetro y hacía flotar un vestido de Isabela en el aire, tomaba medidas con agilidad mientras un lápiz lo anotaba en un trozo de papel sin ninguna mano que lo controlara, se movía por efecto del don de la chica. Esperé hasta que se fuera y me puse a pensar mientras separaba mi ropa en cada canasto. Ahora todo encajaba, porque en la cena ella había estado tan rara y en la mañana había llegado a Casita con una bolsa con tela. Decidí guardar su secreto, finalmente era un lindo gesto hacia mi prima, además me serviría para otras cosas que fui planeando en el camino hacia mi habitación.

Me acosté con una sonrisa en mi rostro , había tenido contacto con la chica más increíble de Encanto y me puse a pensar acerca de mis repentinos sentimientos hacia ella, algo que no es muy usual en mí.

Al principio, antes de que ____ llegara, me contaban que era una chica de ciudad y que había viajado mucho o que hablaba dos idiomas, por lo que tuve una mala impresión sobre ella, pensé que iba a ser solo una niña mimada. Pero cuando la vi, toda idea falsa sobre la fémina salió de mi cabeza, la forma en la que saludó a todos, su actitud, su apariencia y sobre todo, su capacidad de aceptar nuevos comienzos. Pero no creí ni creo que su corazón de dos países lata por mí, me creo incapaz de llegar a gustarle, ella es tanto y yo soy tan poco, pero no quiero dar lástima con la chica por lo que yo actúo como si fuera mucho, pero al final tengo miedo de que se enamore de alguien quien no soy y cuando se de cuenta de la verdad me deje. La chica me era agradable, es más aunque hubiera pasado muy poco tiempo podía decir que ella me gustaba, y algo que no quise pensar es que quizás yo estaba enamorado.

Suspiré y llevé mis manos hacia mi cabeza, lentamente intentaría abrirme más con la joven, hace dos días que la conozco por lo que tampoco quiero excederme en la confianza. Todo esto era tan complicado o ¿yo era el complicado aquí? Al ver que empezaba a hacerme preguntas y pensar sobre eso de nuevo, decidí irme a dormir para despejar mis ideas.

Perdón por el cap corto, prometo que el próximo será más extenso.

Opiniones del cap, les dejo unas preguntitas ¿qué creen que debería hacer Camilo con sus inseguridades?, ¿____ tendrá inseguridades? ¿Cuáles son?

Made with luv 🦋💕

Corazón de dos países [Camilo Madrigal x reader]Where stories live. Discover now